La Revista

Violando leyes, ¿por qué no acuerdos?

José Francisco Lopez Vargas
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Claroscuro, por: Francisco López Vargas.

El presidente López Obrador volvió a violar un amparo
para la suspensión de las obras del Tren Maya. Usando artimañas, el Ejecutivo
ha tratado por todos los medios de justificar el aniquilamiento de la selva de
Quintana Roo en el tramo 5 de la construcción de esa obra, pero las violaciones
a los amparos han sido la norma en esta administración cuyos gobiernos
estatales del mismo partido usan las leyes para venganzas personales y
violentan el debido proceso.

Violadores, además de las normas electorales, los
aspirantes a candidatos de la 4T han utilizado argumentos muy débiles para
justificar su caso omiso a la legislación vigente, cuya entrada en vigor fue
promovida por ellos mismos cuando eran militantes del PRD, luego de la derrota
electoral de López Obrador en 2006.

Si violan la Constitución, si mienten sobre las
razones para justificar sus actos, cómo no van a mentir para no cumplir los
acuerdos firmados en el tratado de libre comercio.

Los aspirantes a candidatos, funcionarios y
gobernadores de Morena no se tientan el corazón, menos cuando ven a un
presidente que justifica las violaciones a la ley no sólo de sus funcionarios
sino hasta de sus familiares. El fin justifica los medios.

El problema es que al violentar el tratado de libre
comercio y sus contratos, el presidente extiende su irresponsabilidad a todos
los mexicanos que serán sancionados y pagaremos aranceles si no hay una
corrección de los actos reclamados, con toda justificación.

El tratado de libre comercio rescató al país luego del
error de diciembre de 1994. Clinton y su gobierno logró que el Congreso
americano nos diera una línea de crédito que provocó que el Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional nos respaldaran y lograremos sortear esa crisis.

México firmó los acuerdos internacionales, las reglas
con las que las tres naciones operarían el acuerdo que fue ratificado por el
Congreso americano y canadiense así como el senado mexicano. Presionar a México
y a su gobierno a cumplir el acuerdo y los contratos no tiene nada ver con
injerencias que violenten la soberanía nacional sino con un reclamo por
apartarse de las reglas que ya habían aceptado y que unilateralmente hoy
pretende desconocer el gobierno mexicano o cambiar por temas ideológicos que tienen
más que ver con el tratado sino con una cortina de humo ante la falta de
resultados del actual régimen de Morena.

Andrés Manuel miente como miente Sheinbaum, Sansores,
Marcelo o Adán Augusto. Es el signo y característica de los gobiernos de
Morena: la violación sistemática de las leyes cuando no les dan la razón o
cuando no les sirve para sus venganzas personales. Lamentable.

El tema del tratado tiene que ver con ese empecinamiento
de convertir de nuevo en monopolios a la CFE y a Pemex. Es como si no les
importara el acuerdo que puede evitar que el país se les deshaga en las patas y
uno de sus postulados es precisamente evitar las prácticas monopólicas.

Las cifras que vemos hoy nos muestran que el comercio
exterior en el producto interior bruto (PIB) mexicano representa,
aproximadamente, el 80%. Separando entre exportaciones e importaciones,
únicamente las exportaciones que realizaba el país soportaban el 40% del PIB
mexicano; unos datos que nos permiten ver el gran potencial que presenta dicho
sector, así como la contribución al crecimiento económico del país, siendo un
claro motor económico.

No hace mucho tiempo, el país registraba un superávit
histórico, de 68 mil 420 millones de dólares. Una relación que crece año tras
año, y que, como decíamos al inicio, también en momentos de pandemia sigue
cosechando niveles récord.

De la misma forma, el pasado mes de marzo, el comercio
entre México y los Estados Unidos marcó un nuevo récord histórico, registrando
un incremento del comercio entre México y Estados Unidos, expresado como la
suma de exportaciones e importaciones, que se situaba en los 56 mil 908
millones de dólares.

En el camino, el presidente dice que hay injerencias
de EEUU porque en sus capítulos de combate a la corrupción, ese país financia a
Mexicanos contra la Corrupción, agrupación civil que ha expuesto con detalle
que los contratos del gobierno son opacos, no se basan en la libre oferta y
demanda y que en su mayoría son asignados sin transparencia y favoritismo, lo
que contribuye a la corrupción e impunidad.

En ese tema, hace casi un mes dejó de operar la
plataforma de compranet donde se realizaban las operaciones de manera
sistematizada y en transparencia, donde las empresas podían asistir teniendo
con claridad las reglas de las compras y las ofertas en el mercado y los
cierres de contratos. Eso, hoy estorba ante la corrupción descarada y la
impunidad reinante.

Inaugurado en el contexto de una crisis sanitaria y
económica global, el T-MEC ha proporcionado un impulso para la recuperación
económica mexicana desde que esta inició: después de haber caído casi 30% en el
2º trimestre de 2020, las exportaciones mostraron la recuperación más dinámica
en el 3º trimestre de 2020, con un aumento de 39% trimestral.

Hay que decirlo, sin el T-MEC la recuperación mexicana
hubiera sido escasa, lenta sobre todo porque a este gobierno no le interesa
resolver problemas, le interesa tener un presupuesto para generar clientelas
políticas que le garanticen volver a ganar las elecciones.

Morena no compite para servir a los mexicanos, sino
para servirse del gobierno y su presupuesto.

José Francisco Lopez Vargas
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