Mundo Generacional, por: Edwin Carcaño Guerra.
Twitter: @ecarcanog
Hace 50 años un joven director de cine llamado Francis
Ford Coppola realizó una de las cinco películas más icónicas de Hollywood.
Cuando El Padrino se estrenó recaudó un récord de 26 millones de dólares en
menos de 30 días. El libro y el guion fueron escritos por Mario Puzo.
El filme, más allá de una película de gánsteres,
reflejaba la vida real de una familia siciliana. El protagonista, Marlon
Brando, se consagró como el mejor actor de su generación.
De repente, la gente empezó a identificarse con los arquetipos
de la cinta. Las enseñanzas de cómo Vito Corleone manejaba su imperio son
lecciones para cualquier emprendedor.
Maquiavelo nos enseña dos tipos de actitudes frente a
la vida: el zorro y el león. En el caso de un emprendedor como Vito Corleone
vemos cómo utiliza estas herramientas a lo largo de la cinta.
Cuando utiliza su famosa frase “Le voy a hacer una
propuesta que no va a poder rechazar” se sentaba a debatir buscando un arreglo
pacífico y que le dejara alguna ganancia.
Gracias a las habilidades del “zorro” pudo forjar una
gran red de contactos y favores. Por el libro sabemos que el Don manejaba
sindicatos, políticos, jueces y policías. Era respetado, temido y querido (Un
tema muy importante para “El Príncipe”).
La segunda actitud es la del león. Esta se utiliza
cuando la diplomacia queda superada. La fuerza entra en juego y la guerra es
inminente. Vito Corleone utilizó varias veces la violencia para ganar poder.
Cuando estalló la “Guerra del Aceite de Oliva” en
contra de Don Maranzano, los Corleone atacaron con toda su fuerza. Sonny entró
a la guerra y demostró sus grandes habilidades tácticas.
El secreto para ganar la batalla fue que Don Vito,
desde la fundación de su imperio, construyó una estructura sólida y funcional.
Los enemigos de la familia siempre fueron aniquilados debido a este factor.
Sin embargo, hay una escena donde el león y el zorro
se unen: El asesinato de Fanucci. Vito Corleone primero lo dominó con palabras
y detectó sus debilidades. Una vez que entendió a su enemigo lo eliminó sin
riesgo a represalias. Ahí se convirtió en el jefe de todo el barrio.
La película es maravillosa con algunos puntos
importantes: Los descendientes de Italia no necesariamente somos mafiosos. Una
de las preocupaciones de los italianos es la de ser encasillados por este
filme.
Aun así, disfrutar de estas películas se traduce en un
sábado con pizza y diversión. Hay cosas buenas que puedes aprender para ser
emprendedor.
