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¿Y si regresan?

Editorial La Revista Peninsular
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El pasado domingo veintiocho de abril se celebraron, en España, los comicios electorales correspondientes a la renovación del Congreso y el Senado. Esta jornada electoral se llevó a cabo antes del plazo convencional debido a la intervención del presidente Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Los resultados de estas elecciones consolidaron el poder del PSOE en España, apenas unos años después de que el partido afrontara una proyección fatídica.

Después de la rotunda derrota sufrida en las elecciones del 2016, el PSOE debía asimilar una realidad a la que no estaba acostumbrado, una realidad en la que no existía el poder que ostentaba gracias a la alternancia del bipartidismo democrático. El país asumía al PSOE como un partido obsoleto, carente aspiraciones en el nuevo escenario político. Dos años más tarde, el Secretario General de los Socialistas Obreros habría de ocupar la presidencia del país, y un año después obtendrían la mayoría en el Congreso, con la posibilidad de obtener mayoría absoluta mediante alianzas.

Pedro Sánchez, obtuvo la presidencia mediante una moción de censura en contra del ex presidente Mariano Rajoy, miembro del Partido Popular (PP). La moción de censura es un control constitucional español, por el cual el legislativo expresa su nula confianza al presidente en funciones, y lo obliga a renunciar al cargo. Dentro de la formulación de la moción se debe establecer quién ocuparía el puesto de presidente; en este caso, claramente, fue Sánchez. La moción fue aprobada y en junio del 2018 fue nombrado presidente.

En la historia democrática de España se han presentado cuatro mociones de censura, y solamente esta última ha obtenido una votación favorable. Las dos últimas fueron contra Mariano Rajoy.

Ante este tipo de situaciones normalmente se hacen metáforas aludiendo al fénix, animal mítico que renace de sus cenizas. Sin embargo, lejos de cualquier combustión y reaparición, esta reconsolidación del PSOE parece producto de un profundo análisis del panorama político – social español, y una impecable prudencia para emprender las acciones correspondientes en el momento adecuado.

A mediados del año pasado, el PP fue vinculado a redes de corrupción que se remontaban a su fundación, y se acusó a varios políticos miembros, entre ellos el entonces presidente Mariano Rajoy, de dar testimonios falsos en juicio. En dicha sentencia se fundamentó la moción de censura.

Al tomar el poder, Pedro Sánchez afirmó que no disolvería las Cortes, a pesar que estas se componían en su mayoría por legisladores del PP. A pesar de esto, debido a que no se le aprobó el presupuesto para el 2019, anunció que se adelantarían las elecciones generales (Congreso y Senado) que estaban programadas para 2020.

El PSOE resultó vencedor de la contienda obteniendo ciento veintitrés escaños (antes tenía ochenta y cinco), en contraste con el Partido Popular, el cual obtuvo sesenta y seis escaños (antes tenía ciento treinta y tres). Los otros tres partidos políticos que figuran en el panorama político español son Ciudadanos, partido de derecha que obtuvo cincuenta y siete escaños (antes tenía treinta y cinco); Unidas Podemos, partido de izquierda que obtuvo cuarenta y dos escaños (antes tenía cuarenta y cinco); y Vox, partido de derecha radical que antes no tenía representación y ahora cuenta con veinticuatro escaños.

Existen diversos factores para explicar el resurgimiento del PSOE, uno de los más importantes es la transición de un sistema bipartidista, a uno en el que participan más actores. De estos actores, Vox fue el más disruptivo. Vox es un partido que promueve una postura de intolerancia y difunde ideas de xenofobia, machismo, homofobia, entre otras. Este discurso creó miedo en la sociedad liberal española, y emitieron su voto en contra de los ideales de derecha. Evidencia de esto es que estas fueron las segundas elecciones con mayor participación ciudadana, estando en primer lugar las primeras elecciones organizadas en la nueva era democrática española. Vox también dividió el voto de la derecha (normalmente acaparado por el PP), siendo una opción más atractiva para quienes se identifican con la postura radical conservadora.

Otro importante factor es la crítica situación en la que se encuentra el PP. Los ciudadanos españoles castigaron severamente al Popular en las urnas, debido al sistema de corrupción del que se ha demostrado, son parte. Además, no supieron identificar a su verdadero adversario en la jornada electoral, ya que se ocuparon en descalificar al PSOE, cuando los que les habrían de afectar en mayor medida fueron Vox y Ciudadanos, al dividir el voto.

El escenario no podría ser mejor para el PSOE. Si bien, no tiene mayoría absoluta el Congreso, al contar los votos que tiene considerando sus alianzas, se queda a un voto de tener la mayoría. Lo que le representa un parlamento sencillo al presidente. Además, se encuentran a menos de un mes de las elecciones municipales y autonómicas, en las cuales se espera que los militantes del PP castiguen a su partido por el desempeño obtenido.
Todo parece orquestado con precisión e inteligencia.

Ahora, le corresponde al PSOE forjar las alianzas necesarias para sacar adelante el gobierno de España. Afortunadamente para los españoles, todas las partes parecen dispuestas a negociar para consolidar estas alianzas. Los políticos españoles ya tienen claro que en un sistema político donde participan más de dos actores es imprescindible trabajar en unidad.

Podrá haber quienes estén inconformes con los resultados y aleguen un retroceso en la democracia española. El PSOE ostentó poder por años, y al no saber actualizarse, cayó en las mismas prácticas políticas de siempre, con un discurso obsoleto. Era un partido de dinosaurios. Sin embargo, no hay que pasar por alto que de los cinco líderes partidistas, Pedro Sánchez fue al que menos pudieron exponer por actos relacionados a la corrupción (se hace hincapié en el “menos”, pues sobre todos hubo acusaciones), inclusive se le etiquetó de simplón y mediocre. Asimismo, gobernar por mucho tiempo trae consigo una natural profesionalización del ejercicio público, lo que se traduce en una administración eficaz. Así, independientemente de los cadáveres que cargase consigo el PSOE, tenía dos fuertes argumentos a su favor, aunado a los factores que supieron capitalizar.

¿Y si regresan? Si fuera español querría que regrese quién tenga que regresar, y que llegue quién tenga que llegar, pero que estén los que sepan gobernar.

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