Con el dedo en la llaga, por: Yazmín Rodríguez Galaz / yazrodriguezg@gmail.com.
EL
Gobierno de Mauricio Vila Dosal sigue sacando temas en relación a sus
antecesores de origen priista, como son las 597 placas y concesiones de taxis y
6 autobuses que se dieron a diferentes personas y que al parecer están
vinculados a políticos del PRD y a recomendados del anterior régimen estatal.
Esto,
además del anuncio de supuesto gasto anticipado por poco más de 3 mil millones
de pesos, más la denuncia por 536 millones de pesos de presuntos desvíos del
gobierno que encabezó Rolando Zapata Bello, habla de los desacuerdos que ya se
tienen entre ambas administraciones, la saliente y la entrante.
En
paralelo, por no decir en simultáneo, el gobernador Mauricio Vila Dosal emitió
un mensaje sobre las inversiones en Yucatán, la generación de poco más de 10
mil empleos, y todo ello, buscando irradiar confianza en inversionistas locales
y extranjeros.
Al
parecer, porque se percibe que debido a los cambios gubernamentales estatales y
federales, los hombres de negocios han decidido resguardar su dinero y reducir
sus porcentajes de inversión, lo cual a la larga sería peligroso para la
economía local.
El
mensaje gubernamental busca inspirar confianza en que, si bien es cierto la
política financiera nacional va en un sentido, en el caso de Yucatán será
diferente sin que esto implique riesgo, riña o pleito a niveles federales.
Es
una realidad que los empresarios mueven gran parte de la economía y por tanto
su presencia y aportación no puede ser ni menos ni aislada.
Por
otra parte, los tópicos políticos también podrían incidir en todo esto y hay que
decir que la revocación de las concesiones de taxis en Yucatán y de 6
autobuses, también tienen que ver con la
generación de confianza y de que habrá “rectitud y confianza”, al menos eso es
lo que dicen los actuales funcionarios del gobierno vilista. Aunque, así lo
dijeron los Rolandistas respecto de los Ivonistas y etc, etc.
Enero
está resultando ser un mes hartamente complicado para las mismas instancias
gubernamentales estatales que dependen aún del flujo económico del gobierno
Federal y por otro lado, debido a los compromisos establecidos que no podrán
quebrantarse.
Por
otro lado, aún no se observa un derrotero claro en cuanto a lo que hará el
gobierno Federal en Yucatán, pues la mayoría de las delegaciones federales
siguen sin titulares, sin fluidez de recursos y planes y el tiempo sigue su
marcha. Lo que se puede destacar es la gran cantidad de personas de la tercera
edad que acude a las oficinas de la ex Sedesol para dar sus datos y pedir que
sean incluidas en los apoyos ofrecidos por el presidente.
El
mismísimo coordinador de Programas de Desarrollo Social del gobierno Federal en
Yucatán, Joaquín Díaz Mena, no ha podido destrabar varios asuntos referentes a
los apoyos y siguen prácticamente anclados en el censo que pidió López Obrador para
los Estados y en el caso de Yucatán todavía no se tiene ni el 40 por ciento de
avance en los 106 municipios del Estado.
Solamente
en el caso de Mérida ya se observa la cooperación entre esa instancia federal y
la Comuna meridana a través de la Dirección de Desarrollo Social.
El
hecho de que los recursos federales aún no fluyan en forma regular, obviamente
está impactando a diferentes sectores y áreas del mismo Estado. En fin que lo
deseable es que pronto se decida y disponga qué hacer en materia del gobierno
Federal.
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De golpe y porrazo
La
reaparición pública a nivel local y nacional de la ex gobernadora Ivonne Ortega
Pacheco, quien pidió que la elección del
nuevo dirigente nacional del PRI sea mediante el voto de la base militante
revela la reestructuración en puerta que tendrá ese partido político y que
podría incluir, incluso, el cambio de nombre y siglas.
Ortega
Pacheco por lo que apunta, estaría dispuesta a participar en la elección por el
liderazgo nacional de su partido, aunque también se habla del ex secretario de
Salud, José Narro, quien también sería lanzado a la palestra política nacional.
Ortega
Pacheco –hasta donde se sabe- ya anda recorriendo de nuevo varios estados del
país y la ciudad de México para “valorar” que tanto apoyo obtendría para
disputar el liderazgo nacional del tricolor.
Al
parecer, Ortega Pacheco no terminó en muy buenos términos con el hoy ex
presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
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Al
que no es considerado como muy simpático entre los mismos panistas es el actual
Secretario de Desarrollo Social del gobierno del Estado, Roger Torres Peniche, sobre
todo porque es hoy por hoy, sobre quien recae la operación política de la
actual administración del PAN.
Aunque
tiene todas las confianzas del gobernador Mauricio Vila Dosal, ya se friccionó
con varios de los miembros del gabinete legal y ampliado actual.
Todo
indica que a Torres Peniche le faltaría frenar un poco la actitud visceral y ser más político y hábil en sus relaciones.
No vaya ser que de uno en uno, acaben por juntarse todos los que ya no lo ven
tan bien en el seno del gobierno panista y entonces sí, quién sabe qué pase.
Por lo pronto ya hay voces que lo señalan por su falta de tacto.
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De esto y más estaremos
pendientes.
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