El hombre que quería hablar iba a poder al fin hacerlo. Se lo permitían. Pero había una condición. Tenía que utilizar tres palabras. Una, dos, tres. Así sucesivamente. Solo de esa forma podría construir su discurso..
Aceptó. Dijo que sí!
Verdad, esperanza, fe. Confiar, emprender, trabajar. Lealtad, honestidad, humildad. España, español, alma. Tradición, arte, costumbre. Goya, Lorca, Don Quijote. Navidad, Resurrección, Corpus…
Sevilla, Santiago, Granada. Oro, plata, ley. Morante, Talavante, sombra. Sol, trabajo, ganancia. Ilusión, emoción, sentimiento. Ayudar, estudiar, trabajar. Abril, junio, agosto. Sí, siempre. Siempre sí!
El hombre hizo un pequeño juego de palabras que pasó desapercibido a los ojos censores. Y fue ovacionado. Mucho. Logró captar atención, interés, sensación. Pudo expresar, decir, emocionar.
Ayer. Hoy. Siempre.
Dedicado a las personas que hablan bien
A mi familia
A mi hermana, que se preocupa por mi ojo
A mi Luis. Ayer, hoy, siempre
A mi mago
A Morante y morantistas
A Leticia
Al mes de abril: mi favorito
A Grethel
A la gente que emociona
A genios