Con el dedo en la llaga, por Yazmín Rodríguez Galaz.
No ha transcurrido ni siquiera el mes de las campañas políticas en Yucatán y ya existe la coincidencia entre dirigentes partidistas, organizaciones y candidatos a los diferentes puestos de elección popular que perciben y sienten que los 90 días destinados al proselitismo político externo, más los tiempos previstos para el consenso interno de los aspirantes, está resultando bastante extenso, es más, “pesado” para muchos e incluso para los mismos electores.
De antemano y aunque todavía no ocurre la elección, ya se discute al interior de los partidos la idea de que para el futuro inmediato será importante plantear modificaciones a las leyes electorales y los marcos legales no sólo en Yucatán sino también a nivel nacional.
Otro factor que está influyendo y no precisamente positivamente en el ánimo preelectoral es la inspección y casi hostigamiento de parte del Instituto Nacional Electoral (INE) y por ende del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPAC), en cuanto al reparto y distribución de propaganda, instalación de carteleras, espacios en radio y televisión, entre otros, que están siendo inflexibles.
Son aspectos que pasada la elección del próximo uno de julio, seguramente tendrán que discutir tanto en el Congreso de la Unión como el Senado de la República y obviamente en el caso de Yucatán en la próxima legislatura.
Al parecer las reformas electorales hechas apenas hace unos meses y que se están aplicando en las presentes jornadas electorales no salieron del todo como se imaginaban y ya hay dudas.
No obstante, todos los actores políticos, partidos y candidatos saben que esas son las reglas del juego bajo las cuales tendrán que participar y acatar.
De igual forma, los mismos candidatos están teniendo en su contra la aparición de personajes anónimos para influir en la llamada “guerra sucia” aspecto que conforme pasen los días podría alterar el ambiente preelectoral y electoral.
Como se ha informado se trata del voto de más de un millón 530 mil yucatecos, aproximadamente, los que deberán acudir a las urnas el uno de julio.
Yucatán se ha caracterizado por ser una entidad participativa y se espera que se supere el 70 por ciento de concurrencia registrado en el 2012 y el 64 por ciento promedio que se tuvo en las elecciones intermedias del 2015.
Lo que menos se espera es el abstencionismo, aspecto que se ha logrado vencer en los últimos años en Yucatán.
Las reformas electorales para futuros comicios deberán analizarse en esta ocasión con frialdad y pidiendo opiniones porque pareciera que las reformas hechas vinieron de reclamos de partidos pero que en la práctica son inconvenientes para el trabajo en pos del voto.
En fin que será responsabilidad de los mismos partidos políticos y sus miembros, lograr ponerse de acuerdo para nuevos cambios que en verdad funcionen.
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De golpe y porrazo…
Hablando del actual proceso electoral, encuestas van y encuestas vienen pero independientemente de que unas digan que uno va arriba luego que el otro también es una realidad que la elección del 2018 será sumamente competida.
Y de encima y pese a la llegada de Joaquín Díaz Mena a la contienda como candidato a gobernador por Morena, PES y PT, el bipartidismo PRI- PAN continuará prevaleciendo en Yucatán.
Quien gane lo hará por un margen muy pequeño, eso es lo que revelan los sondeos hasta ahora realizados y también hay que recalcar que las encuestas suelen ser una herramienta pero no del todo contundente, es decir, son exclusivamente “fotografías del momento y las circunstancias”.
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Serios problemas para las candidatas del PRI a diputadas locales y federales sobre todo en el 4º y 5º. Distrito electoral de Mérida.
También en el 2º. Distrito electoral en donde Vida Gómez está bregando con todo para tratar de ganarle a un candidato insulso como Víctor Merani Sánchez Roca, uno de los peores aspirantes que pudo colocar Acción Nacional en esa demarcación.
La priista Vida Gómez, con todo y su poco oficio político en contra, podría darle un “buen susto” al advenedizo panista.
Ahora por lo que respecta a Linnet Escoffié en el 5º. Distrito local de Mérida, su campaña va más que desangelada.
Y en el 4º. Distrito electoral federal la de Mari Tony Gasque, también anda más que caída pese a que varios priistas han ido en su auxilio en esa demarcación que ganó en el 2012, el ahora líder municipal del PRI, Francisco Torres Rivas.
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En el 1er distrito electoral con sede en Valladolid, Jesús Vidal Aguilar pariente del diputado federal Liborio Vidal Aguilar, tendrá que apurar el paso para vencer la “Ola Morena” en Valladolid que desde el 2015 está en manos de la gente de Andrés Manuel López Obrador.
Y ahí el PRI tiene el enorme reto de buscar recuperar la alcaldía y no perder esa demarcación federal pues de lo contrario, esto obviamente impactará la votación estatal.
De esto y más estaremos pendientes.
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