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Moneda columnaria o “columnario”.

Fernando González Ortega
Fernando González Ortega
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Numismática, por: Fernando González Ortega.

Presidente
de la Sociedad

Numismática
y Filatélica

Peninsular A.C.

E-mail:
columnario@hotmail.com

Desde 1572 se empezó a
producir en México y en todo Latinoamérica, la moneda macuquina sin forma
específica, ya que solo importaba el peso y la ley del metal, lo que conllevó a
muchos fraudes, ya que le quitaban pedazos de metal para refundir y la moneda ya
no pesaba lo que realmente debería.

La gran vulnerabilidad a
cortes y limados fraudulentos de la moneda macuquina, hizo que el 9 de junio de
1728 Felipe V expidiera una Real Cédula disponiendo que, en adelante, las casas
de moneda debían fabricar solo moneda circular con grabado en el canto o
cordoncillo, que permitiera detectar cualquier cercenamiento. En el párrafo
pertinente la cédula decía:

“Todas
las monedas de plata que se labrasen en las Casas de estos mis reynos y de los
de Indias serán acuñadas en ingenios o molinos de agua u de sangre, y de figura
circular, con un cordoncillo o laurel al canto, para dificultar por este medio
el cercén, y la falsificación.”

El cumplimiento de la
real orden no fue fácil. En primer lugar fue necesario abrir cuños y matrices
para la nueva moneda, en todas las denominaciones y para todas las cecas, por
parte de los grabadores de Sevilla y Madrid. Las monedas de plata llevaron
inicialmente en el anverso el escudo español y en el reverso las columnas de
Hércules con dos mundos entre ellas, el viejo y el nuevo, con la corona de
España superpuesta. Las de oro llevaron el busto del rey por el anverso y el
escudo español al reverso, diseño que más tarde también adoptaron las de plata.

Además de las reformas a
los edificios y el entrenamiento del personal, se requirió el envío desde
España de pesadas prensas de volante de bronce y planos e instrucciones
detalladas para la construcción en madera de molinos de laminación. Enormes
artefactos de dos plantas con el sistema motriz en la de abajo, usualmente
caballos o mulas uncidos a un molinete, y los rodillos de laminación en la
superior. La primera ceca americana que cumplió con la orden fue la de México
en 1732. No obstante las dificultades, esto significó un gran avance, tanto en
dificultar su adulteración y falsificación como en la apariencia general de la
moneda Mexicana e iberoamericana.

El término cordón o
moneda acordonada en su aspecto numismático, hace referencia al diseño
producido en el canto (grosor de la moneda) por la prensa de tornillo; en el
caso de los columnarios, el diseño del cordón en el canto fueron hojas de
laureles; muy revolucionario para su época y nunca más vuelto a realizar este
diseño. Por eso, los numismáticos consideramos que la moneda columnaria es y ha
sido la más bella acuñada. Por su diseño original, su fina manufactura en
troqueles de máquinas y el impacto mundial que tuvo, ha sido la moneda que más
ha revolucionado la historia de la numismática mundial y orgullosamente
mexicana siendo obra de grandes grabadores y ensayadores.

La moneda columnaria
empezó oficialmente su producción en la casa de moneda de México en 1732,
recibiendo su nuevo diseño de dos columnas y dos mundos: en el anverso ostenta
dos hemisferios coronados entre las columnas de Hércules coronadas, descansando
todo sobre una superficie semicircular simbólica del océano entre Europa y el
Nuevo Mundo. En el reverso, el escudo de armas del Rey de España, con los
leones y castillos, debajo granada y al centro el blasón de los Borbón que son
tres flores de lis.

La moneda columnaria solo
fue acuñada en América y circulaba en todo el mundo como moneda fuerte de gran
peso, por ello a la moneda de 8 reales se le llamó “duro”, por lo fuerte de la
divisa. Tan influyente fue que en Estados Unidos sirvió de modelo para la
creación del dólar de plata en la década de 1790 y de ella se extrajo el
símbolo de dólar “$” que consistía en las dos columnas de Hércules con el
cintillo de “plus ultra” (más allá). El columnario mexicano continuó siendo
moneda corriente en Estados Unidos hasta 1857 cuando la prohibieron.

Los columnarios se
produjeron en plata ley .916 de 1732 a 1760, y de 1760 a 1772 de plata ley
.903. Se acuñaron de ½, 1, 2, 4 y 8 reales. Los primeros ensayadores de estas
monedas fueron los hermanos Francisco y Manuel de la Peña, poniendo sus
iniciales en el reverso como era requerido.

Esta moneda tiene mucho
significado histórico entre la unión de los dos mundos (nuevo y viejo), así
como de extrema belleza y calidad; por ello, los numismáticos la apreciamos
mucho, ya que sabemos que en ella lleva gran contenido histórico de nuestro
país y un gran legado a la Numismática mexicana.

Fernando González Ortega
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