Nació, el susurro de esperanza, en febrero, y las tardes ya se alargaban en una sombra de oro. Y muy despacito, como se hacen las cosas que se hacen bien, y también como se besa, caminó el susurro esquinas y calles, y plazas y aromas, y sitios y parques…
Llevaba, el susurro de esperanza, o deseaba llevar, Esperanza, y un eco de azahar, y la esencia de Sevilla, y el verde y blanco que late, y el compás. Y la cadencia de la más bella semana del año, y un verso. Y mucha fuerza! Y fe, leyenda y fervor…
El susurro de esperanza está dibujado en un lienzo. Tiene un corazón rojo como la muleta de Morante; tiene la tez blanca como la piel del mago Talavante; tiene la boca rosa como el capote de Manzanares. Y tenía alma y canela, Rocío y rocío, duende y hierbabuena.
El susurro de esperanza, en este febrero que canta y quema, acuesta al sol a las siete, en naranja y ocre. Y ha rezado una oración. Con emoción. Y en silencio, qué bonito es el silencio, avanza a entregar palabras, amor, y llanto. Y sueña saetas…
Para Rafa Serna
Para su hijo: Rafita Serna
Para mi mago
Morante y Manzanares
Mi Sevilla y mis sevillanos
Sara
Mi Luis
Carlos
Los susurros de esperanza
Los béticos
Y los que necesiten un susurro de esperanza
Con humildad y afecto
