Octubre es bonito y dorado. Y enciende la primera llama de la nostalgia del otoño. Es el mes del rosario, del regreso de las castañeras, del 12 de octubre, del cumpleaños de ciertos genios y del de mi abuela…
Este es el cuento de una niña que quiso escribir una carta a un niño. Y como quiso hacerlo lo hizo. Compuso una bonita misiva de amor, dibujó corazones rojos y azules, y se atrevió a echarla a un buzón. El tiempo fue caprichoso, la carta llegó en abril!
Abril es la luz y los sueños, Sevilla y la vida, el toreo en ole y Maestranza, los volantes, lo que es bello, el atardecer a las diez, la brisa fresca de la primavera, el flamenco en el corazón, Manzanares, los cumpleaños de personas perfectas, el día del Libro…
La niña se había declarado en octubre, el de las mañanas de color crema, y sus palabras se recibieron en abril, el que huele a oración y a ole. Y ya la niña quería a otro niño, y el niño aún quería ser torero. Pero es una muy original historia, quizà…
A octubre, y a mi querido abril
A mi amada abuela. Besos hasta el cielo
Al toreo
Al Eterno Manzanares
Al flamenco
A los cumpleañeros de octubre y abril, por ejemplo Pablo, Ana y mi madre
A los libros y a los que aman los libros y la lectura
A Sevilla y mis sevillanos
A mi Luis
Al 12 de octubre
Y a los que escriben cartas: qué hermosa costumbre
