Por: Marco A. Cortez N.
Profesor, como solía decirle a sus amigos, Martiniano Alcocer Álvarez ha fallecido. Un excelente ser humano, ante todo, ejemplar periodista, redactor y amante de la literatura, la gramática y la ortografía.
Ya no está más en este mundo. Trascendió y estoy cierto iluminado por el rostro de Dios Nuestro Señor.
Lo recuerdo a la perfección, fue mi Jefe de Información en el Diario de Yucatán, me apoyó con todo lo que tenía disponible y a su alcance para que salga adelante.
Incluso, cuando cubría policía de noche y no tenía ni bicicleta, me llamaba, extendía sus manos y en ellas las llaves de su vehículo para que pueda trabajar. Sí, así fue Martín, que, como todos tenía su carácter, pero en su corazón imperó siempre el bien.
Oriundo de Valladolid, tierra de mis ancestros, los Cortés, los Novelo, los Alcocer, los Medina, y muchos apellidos más, hoy uno de mis maestros se ha ido.
Jamás lo olvidaré, sus orientaciones y consejos fueron para mi muy importantes como también lo fueron de Jorge Muñoz Menéndez, otro grande del periodismo que nos dejó hace ya algún tiempo y que pertenece a esa generación de periodistas, en toda la extensión de la palabra.
Descansa en Paz, Profesor Martiniano, tu paso por este mundo no fue en vano. Te envío un fuerte abrazo y te seguiré honrado con lo que me enseñaste.
