La Revista

Amargo triunfo, Dulce derrota

José Francisco Lopez Vargas
José Francisco Lopez Vargas
Sígueme en redes sociales:

Claroscuro, por: Francisco López Vargas
Andrés Manuel López Obrador perdió a sus delfines presidenciales en el accidente de la línea 12 del metro y sus 26 muertos y más de 80 lesionados, previo a los comicios. En la elección los volvió a perder: no sólo le quitaron la mitad de la ciudad donde nació el obradorismo sino que ratificaron el descalabro de quien la gobierna: Claudia Sheimbaum y de paso también fracasó Marcelo Ebrard y lo que, hasta hoy, ha sido su política interna. En la externa, tampoco se puede ver gran cosa porque se dobló ante el nuevo gobierno de Estados Unidos.

Decía en entrevista Antonio Sola que la victoria del presidente López Obrador fue amarga y no pudo serlo más: perdió la ciudad que lo llevó a gobernar el país, perdió diputados y capacidad de maniobra simple en la Cámara de Diputados y lo fuerza y ​​obliga a negociar con la oposición.

Pero la oposición también sufrió una dulce derrota: le ganaron al presidente pero perdieron una decena de gubernaturas: el PAN Baja California y Nayarit; el PRD Michoacán y el PRI ocho, hasta ahora, porque los márgenes en Colima y Campeche no acreditan lo que si en los otros. Hasta el Verde le ganó uno: San Luis Potosí. Aunque la elección no ha terminado porque falta el cómputo y los recursos que aún se interpondrán y varias terminarán por irse a tribunales. En muchos lugares los votos anulados son más que la diferencia entre los candidatos ganador y perdedores.

A ambas partes les ha faltado humildad para reconocer lo que perdieron. El recuento deja a ambas partes con frentes diezmados, pero el que más pierde, sin lugar a dudas es el presidente: a sus dos delfines a la sucesión presidencial, su mayoría tramposa en la cámara de diputados, la mitad de la ciudad que lo vio nacer como un político nacional, pero también ganó los suficientes gobiernos locales aunque no los congresos en los que tendrían tránsito rápido sus propuestas.

El PRI ganó simpatías vía la alianza pero perdió ocho gubernaturas y eso habrá quien se lo reclame al presidente nacional sin considerar que el mayor riesgo implicaba que el presidente sostuviera su poderío.

Las derrotas del PRI no fueron únicamente del presidente del partido, hay gobernadores que son los responsables políticos de sus entidades y que las cuentas que entregan tampoco son afortunadas. Incluso, lo que pareciera, es que más de uno de ellos operó en contra para salvaguardar su retirada y evitar la embestida del gobierno federal.

Moreno y la alianza tuvieron la visión del bien mayor, pero la política la mezquindad no consiente derrotas propias ni sacrificios que no tengan beneficios para ellos mismos sin ver lo realmente importante.

En esta elección, la sociedad les dijo a los tres partidos que su apuesta era correcta y que los apoyaba para desterrar el mal mayor: un presidente autoritario, con ínfulas dictatoriales que ha llevado al país a una división que vaya que le costó cara.

Los resultados de los gobernadores que perdieron los tres partidos dependientes en buena medida de los resultados que sus gobiernos entregaron o la simpatía o no que tuvieron a la hora de gobernar. Un buen gobierno da votos, pero los malos los quitan y la popularidad del gobernante no necesariamente se contagia a sus candidatos.

La confiabilidad que ganó la alianza también tiene que ver con lo que vimos el día de los comicios en muchos estados. La zona del pacífico completamente inundada con candidatos vinculados al narco además de en Guerrero, en Michoacán, en Sonora…

Los vídeos de la actividad electoral del narco han inundado las redes, muchos de ellos con una crudeza inenarrable y otros con un cinismo.

Gente con cuernos de chivo en una casilla, otros con una .45 sobre las boletas, camionetas que llegan atestadas de urnas y los funcionarios de casilla y los ciudadanos ni se les meten al paso y luego un presidente felicitando a la delincuencia organizada porque se portaron bien con ellos y lamentando los delitos de los de “cuello blanco”

La elección le dio una buena razón al país: sigamos confiando en un INE ciudadano, confiemos en los vecinos que son capacitados, a los que se ofrecen en la fila cuando uno no llega, a los que se quedan hasta el final por si alguien necesita algo.

En cada estado la historia fue diferente, de la de Yucatán y Campeche nos ocuparemos en otro espacio más adelante.

José Francisco Lopez Vargas
José Francisco Lopez Vargas
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último