Por: Cristina Padín.
El niño que algunas veces ayudaba a mamá y a la abuela en la tienda iba a las fiestas de la Ascensión cuando era pequeño, cuando era un niño, y se montaba en el saltamontes y en la noria y se comía un helado.. y echaba unos tiros para ver si ganaba un balón o unos patines (nunca ganó nada) y por la noche con la familia tomaba el pulpo. Tradiciones!
El adolescente que ya era aquel niño iría este jueves a las fiestas de la Ascensión. Ya no vivía su increíble abuelo, que siempre le daba algún dinero más, y él lo añoraba a diario. Iría y se
montaría en la noria, igual robaba un beso a la de ojos azules que tanto le gustaba.. al anochecer acudiría al concierto con su grupo de amigos.. viviendo la vida!
Seguro que disfrutaba mucho en Santiago. Y su abuelo, desde el cielo, seguro que estaba pendiente de los toros en Las Ventas..
Las fiestas de la Ascensión son mis recuerdos mágicos y adolescencia (la noria, los enamoramientos, la noche..) Me encantan
A Santiago
A las tradiciones
A los abuelos y a mi
maravillosa abuela
A los toros
A mi mago y a mi querido
Juli
A Lola, que recuerda a sus
padres
A mi querido Luis
A Carlos
A los niños de aldea
sensibles
Y a Galicia, tierra valiente, y a
gallegos valientes