La Revista

Primero hay que comprender

Ernesto Guerra de la Peña
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Por Ernesto Guerra de la Peña* / ernesto.guerramx@hotmail.com

Para realizar un
proyecto social, una política pública y todo lo relacionado con el servicio
comunitario, el cual verdaderamente busque un beneficio social sin fines de
lucro,  debe de contener desde su origen
un conjunto de valores que no deben pasar desapercibidos en el diseño, la
implementación y ejecución de lo que se quiera llevar a cabo. Estos son: la  empatía, comprensión y simpatía. Ser empático nos
sitúa en el lugar del otro, la compresión nos lleva a conocer la situación a la
que el sujeto se enfrenta y la simpatía es el afecto hacia las personas que
buscamos beneficiar.

En la actualidad el
mayor problema de las políticas públicas radica en que, en mucho de los casos, no
se implementan los valores, antes mencionados, desde un principio. Desde su
escritorio los funcionarios crean programas innecesarios porque no conocen las comunidades y sus
principales necesidades. Presentando una falta de comprensión total.

Un claro ejemplo es el
programa: “Pasos que dejan huella”, el
cual se realizó en la administración
de la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco. Esta política  pública consistió en distribuir miles de
zapatos a los  alumnos de las escuelas
públicas del estado. A pesar de que en algunas unas escuelas hubo un impacto
positivo, en otras localidades fue desastre total, ya que también se llevó
acabo en municipios donde los niños no tienen  la costumbre de usar calzado, y muchos de los
pares nuevos  terminaron en la basura. ¿Qué
paso? Se inventó una necesidad que no existía y mediante la solución se hizo un
mal uso del gasto público. Una muestra clara de una política pública
fallida. Ejemplos como el anterior
pueden encontrarse a diario en muchas direcciones,  dependencias de gobierno  y entidades
privadas.

Ahora un ejemplo de cómo
mediante la comprensión de una problemática se llega a una solución efectiva:

Los visitantes de un
hotel se quejan diariamente que el elevador es demasiado lento. El
administrador, al darse cuenta de ello, desesperado y sin analizar a fondo, piensa
en la solución más aparentemente más inmediata,  y se reúne con el director de la  empresa de mantenimiento para que le coticen
lo que costaría hacer más veloz el elevador. Pareciera ser la solución más
efectiva, pero implicaría un gasto muy alto. Entonces el administrador decide
analizar directamente la problemática que molesta a los huéspedes: la
percepción del tiempo en el elevador. Llegando a la conclusión de que por medio
de la instalación de espejos dentro del elevador, música, y publicidad de
eventos de la zona. Los huéspedes al estar entretenidos arreglándose frente al
espejo, checando la publicidad o escuchando una canción, tendrían mayor
tolerancia al tiempo. El gasto sería
mucho menor e inclusive se obtendría una ganancia mediante la renta del espacio
publicitario.

Las políticas públicas
en Yucatán deben encaminarse a dar soluciones, como la anterior, de manera más
inteligente y austera. Para esto es prioritario que exista una relación
estrecha entre los funcionarios y la comunidad, basada en simpatía, empatía y
comprensión.

                                              *Director de Liderato Valoris

Ernesto Guerra de la Peña
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