Por Rob Goodier
(Reuters Health) – Los preescolares que miraron un video
corto de niños que comían pimientos morrones comenzaron a
consumir más vegetales, según publica un equipo en Journal of
Nutrition Education and Behavior.
Los resultados, presentados en la reunión anual de la
Sociedad de Medicina Conductual, en la ciudad de Washington,
muestran también que el cambio no es inmediato. Los niños
comenzaron a consumir unos 16 gramos (g) de pimientos morrones a
la semana de mirar el video, mientras que los que no lo habían
visto comían 6 g.
“El segmento del DVD que utilizamos duraba 7,5 minutos y
después de una exposición, los preescolares elevaron el consumo
de verduras a la semana. De modo que una exposición corta al
contenido de un DVD entre los programas de TV de los niños o
antes de comer, influiría en los niños para elegir alimentos
saludables”, dijo la autora principal, Amanda Staiano, del
Centro de Investigación Biomédica, en Baton Rouge, Luisiana.
Al azar, 42 niños, de entre 3 y 5 años, miraron el video de
niños que comían pimientos morrones, que se cepillaban los
dientes o ningún video. Al día siguiente, los que habían visto
el video con los vegetales comieron menos pimientos morrones que
el resto del grupo. Pero, a la semana, comían más cantidad y la
diferencia era estadísticamente significativa.
“Esto indica que los niños retuvieron la experiencia
positiva de sus pares con los vegetales y pudieron reproducirlo
a la semana”, explicó Staiano.
La obesidad infantil se duplicó en 30 años, según estiman
los CDC de Estados Unidos. Una de sus recomendaciones contra esa
epidemia es aumentar el consumo de verduras.
Los niños del video podrían ser embajadores de la
alimentación saludable.
“Influyeron positivamente a otros niños al modelar los roles
de las conductas saludables”, opinó Amy Yaroch, directora
ejecutiva del Centro de Nutrición Gretchen Swanson, Omaha,
Nebraska, y que no participó del estudio.
“Hallar la manera de convertir el tiempo delante de una
pantalla en un intervalo saludable es fundamental para ayudar a
nuestros niños, que podrían vivir menos que sus padres por las
enfermedades asociadas con la obesidad”, dijo Staiano.