Especial / La Revista
Atrévete a desarrollar este 2020 tu inteligencia espiritual, con sencillos cambios pero sobretodo con decisión inquebrantable.
Por:
Psic. Elda Leyva Novelo / Maestra en Desarrollo Humano
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@ psicologaeldaleyvanovelo
Email:
psic.eldaleyvanovelo@gmail.com
El ángel les dijo:
“No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el
pueblo; porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es
Cristo (el Mesías) el Señor”. Lucas 2
10-11.
Independientemente
de en quien creas, te puedo decir que estás palabras del Evangelio de Lucas hoy
son más actuales que nunca, el Salvador ha nacido para recordarnos que nuestra
grandeza no está en lo que hacemos o decimos, si no en permitirnos superar
nuestros prejuicios, nuestras frustraciones, ansiedades, miedos, tristezas,
vacíos y soledades.
Un
Salvador que nos invita a ser capaces de creer que cosas buenas pueden suceder
para nosotros y los demás. Que nos invita a confiar.
Confiar
es la capacidad de esperar con firmeza y determinación algo.
Hay
quienes esperan el golpe que sentiremos en nuestra economía por los nuevos
impuestos, otros esperan poder librar la difícil cuesta de enero, hay quienes
esperan a que una recesión económica suceda próximamente, otros esperan a que
la cacería de brujas se desate con la nueva fiscalización del uso de tarjetas
de crédito. ¿Cuántos desastres naturales habrá? ¿Iniciara la tercera guerra
mundial? ¿Continuara creciendo la violencia? ¿Cómo nos irá este año?
Todo
esto y más puede suceder, pero nuestra forma de ver el mundo nos llevara a
convertirlo en obstáculo u oportunidades.
¡Alto!
Escucha la buena nueva que nos trajo el Salvador y permítete, dentro de todo lo
mundano que te rodea, renovar tu capacidad de esperar que cosas buenas te
puedan suceder, de dejar que la vida te sorprenda.
Atrévete
a desarrollar este 2020 tu inteligencia espiritual, con estos sencillos
cambios:
Se un portador de
paz.
Es muy fácil desatar los malentendidos y enfrentamientos, dejándonos llevar por
las habladurías, los chismes y las críticas. Ser portador de paz es tener oídos
que oigan lo edificante de los demás, ojos que vean lo positivo en cada persona
y boca que diga palabras que construyan. Es tener el valor de admitir la propia
imperfección, y reconocer los miedos, las equivocaciones y las carencias,
pidiendo perdón cuando sea necesario y aprender de los propios errores. Es
tener un corazón que ama, que es compasivo, tolerante, prudente y sabe respetar
las opiniones contrarias, evitando ofender a los demás. Que este 2020 procuremos
ser más constructivos y seamos portadores de paz para los demás.
Mantén tu mente y
tu corazón limpios.
Que tu actuar sea sincero, no lo manches con la falsedad, la hipocresía y el
actuar que solo cubre las apariencias. Un corazón y una mente que saben amar no
dejan entrar a su vida algo los empañe o ensucie, con ideas o emociones
negativas, dañando ese amor. Revisa ¿Qué lees, ves o escuchas? ¿Con quién te
reúnes? Se cuidadoso con lo que te rodea para tu mente y corazón no se
contaminen.
Se agradecido. Hemos aprendido
a vivir a la defensiva, por “seguridad” o supervivencia, nuestra mente en
automático tiende a ver lo negativo, lo que está mal, las carencias de las
situaciones. Para desintoxicarnos necesitamos aprender a enfocarnos en todo
aquello por lo que podemos estar agradecidos, incluso en situaciones en la que
no todo va bien o tenemos algún conflicto. Tomate todos los días unos instantes
para reflexionar en las cosas buenas y positivas que sucedieron en tu vida,
escribe los motivos que tienes para agradecer, permitiéndote que cada día tu
capacidad de sorprenderte se expanda y veras como tu optimismo crece.
Se luz en la vida
de los demás.
Seamos fuente de consuelo para los demás, en lugar de generar discordia y
conflicto. Iluminemos la vida de tantas personas que viven en tinieblas por las
crisis y los conflictos. No hagas cambios en tu vida esperando que cosas buenas
puedan suceder solo para ti, sino para iluminar el camino de los demás, se una
fuente de esperanza para quienes te rodean, contágialos de gozo y alegría, se
la sal de sus vidas.
Para
aprender a esperar que cosas buenas sucedan en nuestras vidas seamos un oasis
en la vida de los demás, atrévete a ser la sorpresa en la vida de los demás,
aunque sea por un instante se el manantial de paz y confianza en que lo bueno
puede suceder.
¡Animo!
La Navidad a un no termina, decídete a transformar la vida de alguien, de una
sola persona al menos, aunque sea por un momento y veras como tu capacidad de
creer en lo positivo se va expandiendo.
Qué
este 2020 podamos recibir la buena nueva del Salvador y logremos crecer en
nuestra espiritualidad, generando en los demás la paz, el amor y la alegría que
queremos para nosotros, el amor que das regresa a ti multiplicado ¡Tú
puedes lograrlo!
