Por: Cristina Padín.
Si alguna vez alguien preguntara en quizá alguno de esos barecitos que pueblan España con sus clásicas y perfectas barras y sus fotografías en blanco y negro en las paredes por un ser de verdad y de ley es posible que le respondieran que esa persona puede ser un torero.
Un torero es o suele ser alguien con valor y coraje, con educación y modales, sin eso tan feo que hay hoy que son las palabras groseras y los malos modales, un torero es un Maestro, un héroe romántico de clase y de leyenda. Un torero es la entrega, el sacrificio, la disciplina, el valor.
Si siguiera la pregunta indagando en las respuestas quizá escuchara que de ley y de verdad es por ejemplo El Juli. El Juli ofrece, torea, aporta, suma, sigue, es sincero, conoce la lealtad, aborrece la mentira, es el respeto, la Fiesta, el saber estar, la valía, el conocimiento. Un torero!
Si se ofrecieran respuestas más amplias se hablaría sin duda de la faena de Julián en la Plaza de Pontevedra. Plaza alegre que ofrece respeto y afecto. Importante! Faena de matador de impronta, faena larga, faena para los sentidos y los sentimientos, faena para la historia e histórica..
Este relato va dedicado a mi querido Juli
A sus padres. Os adoro
Al toreo
A la verdad. No soporto la mentira
A las personas alegres que ofrecen respeto y afecto
A mi amigo Pepe
A Grethel
A la valentía y al saber estar, tan necesarios en estos tiempos, y tan poco abundantes
A los bares. El que no aprecia un bar..
A I, M, JM, C y R (desde mis últimas novelas me encanta dedicar con iniciales)
Y a mi Luis
Y al anteriormente conocido como Albriux