El martes 26 de noviembre de 2024, un incendio sacudió la refinería “Antonio Dovalí Jaime” de Petróleos Mexicanos (Pemex), ubicada en Salina Cruz, Oaxaca. El siniestro ocurrió en las primeras horas de la mañana, específicamente en el área de efluentes de la planta. Las imágenes del fuego y las columnas de humo que se elevaron desde las instalaciones rápidamente se difundieron, generando alarma entre los trabajadores y la comunidad circundante.
Afortunadamente, el personal contraincendios de la refinería logró controlar el incendio en poco tiempo, evitando mayores daños. Según los informes preliminares, no se reportaron pérdidas humanas ni se consideró necesario evacuar al personal de la planta. Sin embargo, este incidente volvió a poner bajo el foco de atención las condiciones de seguridad en las instalaciones petroleras de México.
La refinería “Antonio Dovalí Jaime”, una de las más importantes del país, tiene una capacidad de procesamiento de 330,000 barriles diarios y es crucial para las operaciones de Pemex. No obstante, este incendio no es un caso aislado; en los últimos años, se han reportado diversos incidentes similares en la misma planta, lo que ha generado preocupaciones sobre la falta de mantenimiento adecuado y la necesidad de implementar medidas preventivas más estrictas.
Aunque el fuego fue controlado, las autoridades aún no han revelado las causas exactas del incidente ni si hubo afectaciones significativas en las operaciones de la refinería. Se espera que se lleve a cabo una investigación exhaustiva para determinar los factores que llevaron al siniestro y garantizar que se implementen acciones correctivas.
Este evento subraya la urgencia de reforzar las medidas de seguridad industrial en las instalaciones de Pemex, especialmente en aquellas de importancia estratégica como la refinería de Salina Cruz. Además, plantea la necesidad de una mayor transparencia por parte de la empresa para informar a la población sobre los riesgos asociados y las acciones preventivas que se están tomando para evitar futuros accidentes.
La comunidad local también ha expresado su preocupación, dado que viven en proximidad a una instalación que, aunque esencial para la economía, también representa un riesgo potencial en términos de seguridad y salud. Mientras tanto, los trabajadores de la refinería han enfatizado la importancia de mejorar las condiciones laborales y de seguridad para proteger tanto a las personas como a la infraestructura.
El incendio en la refinería de Salina Cruz pone en evidencia los desafíos que enfrenta Pemex en términos de mantenimiento, modernización de infraestructura y cumplimiento de estándares internacionales de seguridad. Si bien el incidente no resultó en una tragedia mayor, sí sirve como un llamado de atención para reforzar las políticas y prácticas preventivas en todas las instalaciones de la empresa estatal. La seguridad de los trabajadores y de las comunidades cercanas debe ser una prioridad, al igual que garantizar la operación eficiente y confiable de una industria tan vital para el país.