Este sábado, cientos de paraguayos se congregaron frente al Congreso Nacional en Asunción para manifestarse contra lo que describieron como una corrupción sistémica en el gobierno de Santiago Peña. Aunque la convocatoria fue impulsada por jóvenes que se autodenominan “Generación Z Paraguay”, la protesta reunió personas de todas las edades, sin banderas políticas visibles.
Los manifestantes proclamaron que su demanda principal es el fin de los escándalos de malversación y nepotismo que han inundado la vida pública del país. Entre las acusaciones más recientes figura el hallazgo de un sobre con 200 000 dólares en la residencia presidencial, hecho que fue denunciado por una antigua empleada doméstica del hogar oficial, identificada como Luz Candado. En sus pancartas podía leerse: “La plata alcanza cuando no se roba”, mensaje explícito de reproche al poder.
Los voceros de la manifestación aseguraron que la movilización no responde a ningún partido político, lo que contrasta con declaraciones gubernamentales que habían intentado politizar la movilización. Para garantizar el orden, el centro de Asunción fue escenario de un operativo policial masivo, con miles de agentes desplegados. Algunos manifestantes calificaron esa acción como un “llamado a la guerra” contra la protesta pacífica.
Durante horas, los ciudadanos caminaron por las principales vías del centro, alzando consignas que exigían transparencia y reformas profundas en salud, educación y justicia. Ellos advierten que si los casos de corrupción —en particular los llamados “Sobres del Poder”— quedan impunes, impulsarán un juicio político contra el presidente y el vicepresidente. En paralelo, rechazaron los intentos de desacreditación por parte del gobierno y de la oposición, insistiendo en que su reclamo es independiente.
Durante la jornada hubo ya al menos un detenido, según autoridades locales, aunque no está claro si se trata de un manifestante activo o un transeúnte. Aun con la fuerte presencia policial, la protesta se mantuvo pacífica y con notable entusiasmo ciudadano.
Este episodio representa una vuelta de tuerca en la política paraguaya: aunque las manifestaciones ciudadanas no son nuevas, el protagonismo de la juventud, junto a una narrativa basada en corrupción, transparencia y autonomía, marca un cambio potencial en la forma de exigir rendición de cuentas.
En los próximos días, se espera que los organizadores definan nuevas acciones de movilización, así como la presentación formal de denuncias y propuestas para reformar el sistema institucional del país. El desafío será convertir el impulso del momento en un proyecto duradero de vigilancia social y renovación democrática.
