El 18 de septiembre de 2024, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidió reducir su tasa de interés de referencia en 0.5 puntos porcentuales, situándola en un rango de entre 4.75% y 5%. Este es el primer recorte de tasas desde 2020 y refleja un cambio en la política monetaria, tras un ciclo prolongado de aumentos que buscaban controlar la inflación.
La decisión fue impulsada por la necesidad de estimular la economía ante señales de enfriamiento en el mercado laboral y el control progresivo de la inflación, que se espera se sitúe en torno al 2.3% para finales de 2024.
Sin embargo, la medida también conlleva ciertos riesgos, ya que un recorte acelerado de tasas podría reactivar la demanda y elevar nuevamente los precios.
Este recorte beneficia a los consumidores, al reducir los costos de financiamiento en préstamos hipotecarios y automotrices, y también podría estimular el crecimiento económico global, especialmente en economías emergentes como México, que mantiene estrechas relaciones comerciales con Estados Unidos
Además, se prevé que la devaluación del dólar frente a monedas como el peso mexicano incremente la competitividad de las exportaciones y favorezca las inversiones extranjeras.