Las rentas vacacionales han generado ingresos por 26 000 millones de pesos en Quintana Roo, según reportes recientes. Contribuyeron de manera directa al mantenimiento de más de 54 000 fuentes de trabajo en la entidad, apuntan las cifras del sector.
Este nivel de ingreso coloca a las rentas vacacionales como un componente relevante dentro de la economía turística regional. La movilidad de los huéspedes, los servicios contratados y los consumos locales asociados al hospedaje han fortalecido cadenas productivas vinculadas al comercio, servicios y transporte.
En paralelo, especialistas subrayan que este fenómeno conlleva desafíos regulatorios y fiscales. La captación de impuestos sobre hospedaje es uno de los ejes de interés. En el primer semestre del año, Quintana Roo recaudó 2 434 millones de pesos por concepto del impuesto al hospedaje.
Al respecto, autoridades estatales y municipales deberán armonizar iniciativas que permitan aprovechar ese dinamismo económico sin dejar de garantizar el cumplimiento de obligaciones tributarias, así como preservar el ordenamiento urbano y normativo.
De forma sintética, el comportamiento económico vinculado a las rentas vacacionales en Quintana Roo no sólo refuerza al turismo como pilar estructural, sino que obliga a repensar su gobernanza para que los beneficios se distribuyan con equidad y se consolide su sustentabilidad futura.


