Por: Cristina Padín
Andalucía se despertó con volantes de abril en agosto y con
el sabor apasionado de la poesía que quiere amantes… encierran arte y calor
los amantes, únicamente entendidos por los que saben amar y los que saben leer.
Que suelen ser los mismos: el que es torpe con las letras más lo será con los besos…
Y Andalucía se vistió de gala aquella mañana tan pura. De blanco.
Blanco blanco blanco.. el color de la verdad y de la belleza. Lo que es blanco jamás
miente… y se enredó en lecturas como Yerma y La casa de Bernarda Alba y Bodas
de sangre y Romancero Gitano.. y cuánta armonía en sensación…
Y Andalucía, que es zalamera y preciosa y es Granada y
duende sevillano y clase cordobesa, envió un regalo a Galicia. Que es su
hermana. Andalucía y Galicia son hermanas de ley… serenas y sinceras. Y era
una carta de Lorca, que se enamoró de Santiago… y quién no?
Y mientras seguían narrando la historia los que siempre molestan
quisieron molestar… Y Galicia, sabia, dijo a Andalucía que a lo que nada
importa no se le hace caso. Y la bonita Andalucía asintió… y siguieron a lo
suyo. Con la plata de los puentes, el agua fresca de las fuentes… y la
literatura inmensa…
A Lorca. Un genio!
A mi querida Galicia
A mi querida Andalucía
A la gente culta que se expresa bien y recuerda a Lorca
A mi Luis
A las historias
A Granada y mi Sevilla
A los M
A Belén y Manuel
A las letras y a la pasión


