Los días nacen. Y aparecen con un abanico de posibilidades. Bonitas o feas. Es la pura sorpresa de la vida, desde el principio hasta el final. Los días son como esas faenas tan toreras: especiales, llenos de intensidad, vivos…
A mí me gustan los días vivos. Los tenemos para vivirlos. Y honrarlos.
Me fascinan los días de junio. Dorados, de esencias, redondos, largos, mucho más alargados que cualquier sombra de cualquier ciprés. Hay personas que nacen en los días de junio. Hugo, por ejemplo. La generosidad, el saber ser, el niño de ole.
Hijo de dos seres sin quejas ni insultos. De dos trabajadores, nobles. De ley.
Hugo nació un día de junio como el de hoy, de hace quince perfectos años. Tras una espera muy áspera. Sin queja, siempre sonrisa. Hugo es hijo de mis amigos: mi Ana y mi Jose. Y es mi amigo él, amante de los caballos, sincero. Un adolescente de ole..
Y en días de junio nacen más niños. Miguel es un bebé: el dulce fruto de Isabel..
A Hugo: feliz día
A Ana y Jose
A Isabel y su precioso Miguel
A junio: amo junio
A las faenas toreras
A Luis y a sus compañeros
A Enrique Ponce y a Fortes, esperamos vuestro regreso
A las personas de ley
A Carmen