Las elecciones primarias celebradas el domingo en Honduras por los tres principales partidos políticos estuvieron caracterizadas por significativos retrasos y denuncias de irregularidades en la distribución del material electoral, especialmente en Tegucigalpa y San Pedro Sula. Estas incidencias generaron descontento y protestas entre los votantes.
Desde tempranas horas, numerosos centros de votación experimentaron demoras en la apertura debido a la tardanza en la entrega de las maletas electorales. Ciudadanos expresaron su frustración por la situación, compartiendo imágenes y videos en redes sociales que evidenciaban centros vacíos o con personal esperando el material necesario para el sufragio.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) reconoció las dificultades en la distribución del material electoral en las principales ciudades del país. La presidenta del CNE, Cossette López, señaló que algunas urnas estaban desaparecidas y aseguró que se encargaría personalmente de buscarlas. Declaró: “No estamos buscando culpables, sino soluciones”.
Ante la falta de material electoral, cientos de hondureños salieron a las calles de Tegucigalpa para protestar, bloqueando vías principales y exigiendo su derecho al voto. Las manifestaciones incluyeron la quema de neumáticos y consignas como “Queremos las urnas”.
Diversos líderes de la oposición responsabilizaron a las Fuerzas Armadas y a la ministra de Defensa, Rixi Moncada, quien también es precandidata presidencial por el partido Libertad y Refundación (Libre), por las irregularidades en el proceso electoral. El jefe de la bancada del Partido Nacional, Tomás Zambrano, acusó a Libre de “boicotear” las elecciones con “el apoyo de un sector de las Fuerzas Armadas altamente ideologizado”.
Ante estos hechos, diversos sectores de la sociedad hondureña y líderes políticos han exigido al Ministerio Público que realice una investigación exhaustiva sobre las irregularidades en las elecciones y que se deduzcan responsabilidades a los culpables de “coartar el derecho al voto” de miles de hondureños.
Las elecciones en Honduras fueron vigiladas por más de 1,000 observadores nacionales e internacionales, incluidos representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA), según el CNE.
