Desde la asunción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado 20 de enero, México ha recibido a casi 11,000 migrantes deportados desde territorio estadounidense, según informó la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum. De este total, aproximadamente 2,500 son ciudadanos de otros países.
En respuesta a las políticas migratorias de la nueva administración estadounidense, México ha intensificado sus esfuerzos para gestionar la llegada de deportados. El gobierno ha implementado el programa “México te abraza”, que incluye la creación de centros de atención para migrantes en ciudades fronterizas, asesoría legal a través de sus consulados y el desarrollo de una aplicación móvil que funciona como botón de pánico en caso de detención.
Además, la presidenta Sheinbaum ha destacado la importancia de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos, afirmando: “Los mexicanos somos los mejores trabajadores del mundo”. Esta declaración subraya la contribución significativa de la comunidad mexicana a la economía estadounidense y la necesidad de reconocer su esfuerzo y dedicación.
En cuanto a los migrantes de otras nacionalidades, México ha asumido la responsabilidad de repatriarlos a sus países de origen. Sheinbaum enfatizó que estas repatriaciones se realizan de manera voluntaria, asegurando que “les acompañamos para que puedan ir a sus países de origen”.
La colaboración entre México y Estados Unidos en materia migratoria también ha sido reconocida por el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien expresó su agradecimiento por los esfuerzos recientes de México para frenar la migración ilegal, incluyendo el despliegue de 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera.
