Uruguay se convirtió este miércoles en el primer país de América Latina que legaliza formalmente la eutanasia mediante una ley aprobada por el Parlamento. El Senado dio luz verde al proyecto llamado “Muerte Digna” con 20 votos a favor, consolidando una norma que regula el derecho a morir dignamente en casos de enfermedades incurables con sufrimientos extremos.
La iniciativa autoriza que personas mayores de edad y mentalmente aptas que atraviesen la fase terminal de una enfermedad incurable soliciten la eutanasia. El texto señala que la decisión debe expresarse por escrito y de forma personal, y establece plazos para validaciones médicas y revisiones. Se contempla la creación de una comisión honoraria supervisora y la obligatoriedad de que todos los prestadores del sistema público de salud ofrezcan el servicio.
El proyecto enfrenta tareas pendientes: el Poder Ejecutivo dispone de seis meses para reglamentar la ley. Mientras tanto, su aplicación dependerá de cómo se estructuren los mecanismos de control, los criterios de idoneidad médica y los protocolos éticos.
Este avance distingue a Uruguay frente a Colombia y Ecuador, donde la eutanasia fue permitida por decisiones judiciales, no por una legislación aprobada por el Congreso. En la región, Uruguay ahora se coloca como pionero legal en el reconocimiento del derecho individual de decidir sobre el final de la vida.
