China ha construido por lo menos siete islas artificiales para ganar espacio marítimo, a partir de arrecifes ya existentes: Cuarteron, Subi, Mischief, Johnson, Hughes, Gaven y Fiery Cross. Todas estas islas cuentan con pistas de aterrizaje, instalaciones militares, sistemas de defensa de misiles, puertos para barcos militares y estaciones de radar.
Por: Edwin Carcaño Guerra / Jorge Alejandro Rojas Torres.
FB: edwincarcanoguerra / @ecarcanog
Los
planes de expansión de China abarcan todos los aspectos. En el área comercial y
económica están los planes para construir la nueva Ruta de la Seda; la cual va
a abarcar 60 países, 70% de la población mundial, 75% de las reservas
energéticas y llegará representar hasta un 55% del PIB mundial. En el ámbito
militar, China tiene el segundo presupuesto más grande del mundo (Después de
Estados Unidos) y cuenta con 2´000,000 de miembros efectivos más 2´300,000 en
la reserva. Es considerado el ejército que más rápido se expande en la
actualidad.
Históricamente
China siempre ha jugado como potencia mundial. A veces ha tenido épocas de
debilidad y ha sido atacada por otras potencias, pero siempre se recupera y
vuelve a tener un rol de liderazgo. Las ambiciones de China también están
marcadas por su estrategia de expansión territorial. Tiene disputas fronterizas
con casi todos sus vecinos, pero por ahora, la que más tensión genera es la del
Mar del Sur de China. Esta zona es importante ya que por ahí transitan un
tercio del comercio mundial y abarca alrededor de 3´500,000 de kilómetros
cuadrados.
La
disputa territorial del Mar del Sur de China tiene como protagonistas a Brunei,
Camboya, Vietnam, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Taiwán, Tailandia,
Estados Unidos y la ONU. Los puntos geográficos de la disputa son dos grupos de
islas: Las Placel y las Spratly. Las
primeras están ubicadas al norte del Mar del Sur de China y tanto Vietnam,
Taiwán y China dicen tener soberanía sobre ese territorio. Las segundas están
localizadas al sur de esta zona geográfica y 6 países disputan su influencia
sobre ellas.
Lo
que hace tan codiciado el Mar del Sur de China es que es una zona con muchas
reservas energéticas. Hay petróleo y gas. Y también hay muchas zonas de pesca
que representan una fuente de alimentación para la población de la región. Las
riquezas naturales de la zona hacen que los protagonistas del conflicto estén
poco dispuestos a ceder ante la presión de sus vecinos. Pero no hay que olvidar
que en esta disputa esta China, y que el gran dragón no se intimida ante nadie.
Al igual que en el ajedrez, el que gana es el que tiene las piezas en la mejor
posición.
El
conflicto ha llegado ya a tribunales internacionales, que terminaron
delimitando la zona para cada país, a 200 millas náuticas de la costa. Esto permitió
que todos los países contaran con una zona de influencia económica dentro del
mar en disputa. En el centro se estableció una zona de aguas internacionales la
cual puede ser explotada por cualquier país. Esta resolución fue
categóricamente rechazada por el gobierno chino. Esta actitud ha “calentado” la
guerra fría regional provocando que los protagonistas del conflicto refuercen
sus posiciones territoriales.
Pero
el país con más recursos para jugar en este conflicto del Mar del Sur de China
es China. Su estrategia es la más agresiva de todas. A partir de algunos años,
han comenzado a construir islas en el mar para ganar espacio marítimo. Hasta la
fecha han construido 7 islas a partir de arrecifes ya existentes: Cuarteron,
Subi, Mischief, Johnson, Hughes, Gaven y Fiery Cross. Todas estas islas cuentan
con pistas de aterrizaje, instalaciones militares, sistemas de defensa de
misiles, puertos para barcos militares y estaciones de radar.
Países
como Filipinas, Taiwán, Tailandia y Vietnam; no pueden competir con China
construyendo sus propias islas para ejercer de manera más efectiva su zona
económica de influencia. Tampoco pueden entrar en una carrera armamentista para
superar al Ejército Popular de Liberación. Filipinas, por ejemplo, encalló un
viejo barco americano y lo convirtió en un pequeño cuartel para ocho soldados.
China respondió rodeándolo con destructores y dejándolo completamente aislado y
sin suministros.
El
conflicto no es menor, ya que están en juego según fuentes chinas, 125,000
millones de barriles de petróleo y 500´000,000´000,000 de metros cúbicos de
gas. Considerando que China consume al año 4,500´000,000 de barriles de
petróleo al año, quedándose con toda esta zona, el gobierno chino podría
garantizar abasto de petróleo para varias décadas en el futuro. No hay que
olvidar que el Mar del Sur de China también representa 5,300´000,000 de dólares
al año de comercio marítimo. Es una zona demasiado importante en el mundo.
La
importancia de que el Derecho Internacional sea respetado por los protagonistas
de esta disputa es importante para el orden mundial. Hay zonas por las que
transitan aviones comerciales y rutas marítimas. El orden internacional debe de
estar por arriba de los intereses nacionales. El Mar del Sur de China es una
zona regional pero con alcance internacional y todos los países de cierta
manera están involucrados en esa zona. El fin de estas disputas debe de ser el
progreso de la zona económica y la paz mundial.
¿Puede
escalar más aún este conflicto? Según fuentes de inteligencia americana, podría
haber un conflicto armado dentro de 5 a 10 años. Mientras que todos los países
respetan las zonas de influencia económica, China se basa en su “Línea de 9
Puntos”, la cual señala que todo el Mar del Sur de China les pertenece. Esto
genera una intersección de intereses en conflicto; la cual de no haber un
pronto arreglo diplomático, podría convertirse en un conflicto que costará
muchas vidas humanas y dolor entre los habitantes de la zona. Confiemos en la
diplomacia.