El gobierno de los Estados Unidos ha expresado su preocupación por el incremento en la actividad militar rusa en las proximidades de importantes cables submarinos que permiten las comunicaciones internacionales. Estos cables, fundamentales para el tráfico de internet, telecomunicaciones y transacciones financieras, están siendo vigilados de cerca por Rusia, lo que ha generado temores de un posible sabotaje.
Según funcionarios estadounidenses, la unidad militar rusa GUGI, especializada en operaciones submarinas, podría estar preparando acciones para interrumpir estas infraestructuras críticas. Un ataque coordinado a estos cables afectaría de manera significativa no solo las comunicaciones privadas y gubernamentales, sino también a industrias clave como los mercados financieros y el suministro de energía.
El riesgo de sabotaje se ha intensificado en el contexto de las tensiones por la guerra en Ucrania, donde Rusia busca presionar a los países de Occidente que apoyan a Kiev. Además de los cables submarinos, Rusia ha sido acusada de interferir con sistemas GPS, lo que ha causado interrupciones en rutas aéreas en Europa.
