Recogieron el último sombrero y las últimas flores de los disfraces. Se había acabado el Carnaval. Lo habían pasado bien, Galicia era la tierra de los tíos. Tierra bella, amable, llena de leyendas. Habían visitado Laza, y los peliqueiros les fascinaban. El Entroido gallego era todo color y alegría..
Volvían a Sevilla felices. A sus clases. A ese olor a azahar. Al morado y al camino. Al día siguiente era miércoles de Ceniza: iniciaba la Cuaresma. Regresaban a la ciudad donde las Hermanas de la Cruz deslizan en silencio su bondad eterna. La preparación. Cuarenta días..
Dedicado a todos los que amamos esta época
A Luis
A Sevilla y mis sevillanos
A mi maravillosa familia
A Belén, Marta, Pablo, Manuel
A las costumbres españolas