La Catedral de Notre Dame de París avanza en su proceso de restauración y se prepara para su reapertura con una obra especial: un nuevo relicario que albergará las tres reliquias más sagradas de la Pasión que conserva el templo: la corona de espinas, un clavo de la crucifixión y un trozo de madera de la cruz. Esta pieza, que reemplazará al soporte anterior de la corona de espinas, fue dañada durante el devastador incendio de abril de 2019.
El relicario, de estilo contemporáneo, está siendo elaborado en la Fundación de Coubertin de París, y su diseño ha estado a cargo del arquitecto y diseñador Sylvain Dubuisson. La pieza, que mide unos tres metros de alto, está compuesta por un gran cajón de mármol que guarda el clavo y la reliquia de la cruz, y está coronada por una imponente estructura vertical de metal, circular y adornada con numerosos cristales.
Los artesanos están ultimando los detalles de la obra, que será trasladada a la catedral en las próximas dos semanas para ser instalada en la capilla del eje central. El relicario permitirá a los visitantes “acercarse todo lo posible” a la reliquia de la corona de espinas, que ha estado en París durante casi ocho siglos. Las piezas de cristal que rodean la reliquia no solo protegerán las reliquias, sino que también permitirán el paso de la luz, proyectando su resplandor más allá del relicario.
El vicerrector de Notre Dame, Guillaume Normand, destacó la importancia de la obra, resaltando cómo “la magnitud de la Pasión” se cuenta a través de la majestuosidad del relicario. Con la instalación de esta pieza de arte, la catedral se prepara para recibir a los fieles y turistas a partir del próximo 8 de diciembre, cuando se celebrará el primer oficio religioso con público desde el incendio.
Esta restauración y la reapertura de Notre Dame marcan un hito en la historia de uno de los monumentos más emblemáticos de Francia, que se reabre al mundo con una pieza que no solo es de gran valor religioso, sino también artístico y cultural.