Mundo generacional, por: Edwin Carcaño Guerra.
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Durante la prohibición de la década de los treinta del siglo XX la empresa Bacardi empezó una agresiva campaña de ventas. El objetivo era captar visitantes americanos que quisieran consumir ron cubano en las playas de esta isla caribeña. Sin embargo, los viajeros tenían que tener alguna manera de llegar a la isla y ahí fue cuando nació Pan Am. Los primeros vuelos de esta aerolínea unían Key West con La Habana. En ese entonces usaban aviones anfibios.
La generación Baby Boomer y la generación X recordamos muy bien esa línea aérea que durante 60 años fue la insignia voladora del mundo. El círculo azul celeste con las palabras “Pan Am”, en su momento, fue la segunda marca más reconocida del mundo (Detrás de Coca Cola). Los pilotos usaban trajes como si fueran almirantes de barco (Porque los primeros Clippers operaban en el mar). Las sobrecargos usaban el distintivo uniforme azul claro que representaba el glamour de volar en esos años.
Pan Am siempre fue una línea aérea internacional. Sus vuelos cruzaban todos los océanos y enlazaban Nueva York, París, Londres y Frankfurt todos los días. La primera clase de Pan Am era una experiencia fuera de serie que incluía Champagne, Caviar, cortes finos y deliciosos postres. Pero llegaron los problemas del petróleo y el incremento del 400% del barril del petróleo. También hubo una recesión a principios de los setenta que puso a esta aerolínea en severos problemas.
A pesar de haber logrado recuperarse a las crisis de energéticos, en diciembre de 1988 un ataque terrorista, en un vuelo que conectaba Londres con Nueva York selló la suerte de Pan Am. El atentado se llevó a las cortes y ahí se decidió que la culpa era de la empresa. Poco después, en diciembre de 1991, la aerolínea se declaró en quiebra. Con pérdidas diarias por 3,000,000 de dólares era imposible sostener a la aerolinea. Casi 30 años después los viajeros recordamos con cariño a los Clippers de Pan Am.