El A23a, una colosal isla de hielo con una superficie de 3,600 kilómetros cuadrados, equivalente a tres veces el tamaño de la ciudad de Nueva York, está nuevamente a la deriva en el océano Austral tras décadas de estar varado en un vórtice oceánico. Según imágenes satelitales analizadas por el British Antarctic Survey (BAS), el iceberg ha abandonado su posición al norte de las Islas Orcadas del Sur y comienza a desplazarse hacia aguas más cálidas, donde su desaparición parece inevitable.
A23a es el iceberg más grande del mundo y uno de los últimos vestigios de la plataforma de hielo Filchner, de la que se desprendió en 1986. Con 400 metros de grosor y un peso cercano a un billón de toneladas, ha sido durante décadas un “gigante dormido” en el lecho marino del mar de Weddell, hasta que inició un lento movimiento hacia el norte, acelerado en 2023.
Su trayectoria actual lo encamina hacia una ruta conocida como el “callejón de los icebergs”, una corriente oceánica que lo llevará al Atlántico Sur. Este corredor es famoso por conducir icebergs hasta la isla de Georgia del Sur, donde suelen fragmentarse en bloques más pequeños antes de derretirse por completo.
El cambio climático es el principal factor detrás del deterioro de A23a. El aumento de las temperaturas del aire y el agua está debilitando las placas de hielo, especialmente en los bordes del iceberg, donde ya se observan curvaturas y fisuras. A medida que se aleja de la Antártida y se adentra en aguas más cálidas, el proceso de derretimiento se acelerará, reduciendo su volumen y condenándolo a desaparecer en los próximos años.
“Si continúa su deriva hacia aguas más cálidas, eventualmente se derretirá por completo”, señaló Andrew Meijers, oceanógrafo del BAS. Los científicos están monitoreando su trayectoria y estudiando los posibles impactos en los ecosistemas marinos cercanos, ya que los icebergs de este tamaño pueden alterar las corrientes oceánicas y el suministro de nutrientes en la región.
