Mundo generacional, por: Edwin Carcaño Guerra.
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El 15 de agosto de 1971 el Presidente de Estados Unidos Richard Milhous Nixon hizo un anuncio que sacudió al mundo entero: el dólar ya no estaba respaldado por el oro. La noticia para muchos no fue sorpresa ya que se sospechaba que la masa monetaria superaba por mucho a las reservas de oro de Fort Knox. El mundo de la posguerra, que había tenido un crecimiento sustentable sin inflación, estaba cambiando de una manera radical. Pocos sabían la tormenta que se avecinaba.
La Segunda Guerra Mundial tuvo como consecuencia que los paises vencedores se reunieron en el hotel Bretton Woods en Nueva Hampshire para discutir el futuro de la política monetaria del mundo. Uno de los problemas que habían desatado la guerra en Europa habían sido las devaluaciones competitivas y que no había un regulador internacional del sistema financiero. El acuerdo al que se llegó el día 22 de julio de 1944 era que todos los dólares iban a estar respaldados en oro.
Pero cuando Nixon acabó con esos acuerdos la inestabilidad llegó al mundo. Mientras Bretton Woods estuvo vigente el dólar siempre se intercambió a 12.50 con pesos mexicanos. Para mala suerte de los mexicanos las administraciones populistas de Luis Echeverría y José López Portillo no estuvieron a la altura de los requerimientos internacionales y el país quedó completamente arruinado. A pesar de la abundancia del petróleo los gobernantes mexicanos fracasaron rotundamente.
Hoy la gente se pregunta si esta crisis pandémica nos va a conducir a un nuevo acuerdo similar a Bretton Woods. Respaldar las monedas del mundo en metales preciosos y crear una moneda universal que libere de inflación al mundo es para muchas naciones un sueño. Sin embargo, en un planeta cada día más multipolar y nacionalista veo este proyecto muy poco viable. Las guerras comienzan con devaluaciones para abaratar la mano de obra local. Vienen tiempos difíciles.