El 29 de julio le encantaba. Cada año salían del colegio al verano, a las vacaciones, las fechas sin prisa, las noches cortas, los días de helado de avellana, la bicicleta, la playa y las sandalias…
Aquel año era diferente!
El primero en el que Pablo no acudía con su hermana a la escuela a recoger al sobrino tras el último día. El covid cambió los miedos y los tiempos… pero la vida siguió.. como siguen la primavera, el amor.. Todo.
Pablo era apuesto. Hay una teoría que dice que son guapos aquellos que se llaman Pablo. Él la hacía cierta. Era, además, torero y aficionado, sereno y sincero, prudente y honrado, leal y noble. Pablo era estupendo!
Su novia era Paula…
Paula era hermosa. Joven y franca. Amiga y sencilla. Corazón de la meseta y mirada del agua. Amaba el flamenco, amaba el vino, y amaba sentir. Paula era sensible. Vestía de blanco. Era de blanca pureza.
Pablo iba a pedirle que se casara con él…
… en aquel bello día de la festividad de los dos!
Es un cuento para dos personas reales
A Pablo, mi querido Pablo
A Pablo Aguado: un gran torero
Al toreo: joya de España
A mi amiga Pau
A los niños: feliz verano
A mi querido Luis
Al flamenco
Al Pele
A este día que adoro
Y a las personas blancas de pureza. Como tú!