La Revista

Miguel Contreras Torres, un cineasta poco recordado

Ariel Aviles Marin
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Por:
Ariel Avilés Marín.

La historia del cine
mexicano, está plagada de historias muy interesantes, en este panorama, los
personajes tienen sus campos de acción muy bien definidos, y en algunos casos,
existen figuras que dejaron sentir su acción en varios de los campos posibles en
el Séptimo Arte. Sin duda ninguna, las estrellas son los personajes más
recordados e icónicos en esta historia, nombres como María Félix o Dolores del
Río, son por si solos emblemas de nuestro cine; lo mismo sucede con Jorge
Negrete, Pedro Infante o Fernando Soler. Si hablamos de directores, Fernando de
Fuentes, Emilio “El Indio” Fernández, Chano Urueta o Ismael Rodríguez, son los
nombres que vienen a la mente. Si nos referimos a la fotografía, brilla con luz
propia Gabriel Figueroa; y si es a la música, Manuel Esperón se lleva el
crédito mayor. También tenemos a los personajes que combinan su campo de acción
entre la actuación y la dirección, tal es el caso de Domingo Soler o Joaquín
Pardavé. Hay un caso, un importante personaje de nuestro cine, poco mencionado,
y sin embargo, de la mayor trascendencia para la historia del cine nacional,
pues se cuenta entre los precursores, desde el cine mudo, hasta los momentos
más brillantes de la Época de Oro del Cine Mexicano, este personaje es, Miguel
Contreras Torres.

Nace en Villa Hidalgo,
pequeña población de Jalisco, hoy próspera ciudad gran productora de ropa, el
28 de septiembre de 1899. Tiene una infancia tranquila en el seno familiar. Al
iniciar la etapa armada de la Revolución Social Mexicana, se ve envuelto en el
ejercicio de las armas, donde alcanza el grado de capitán. Su interés por el
cine, nace como empresario, pues en el centro de Morelia, Mich., renta varios
locales para proyectar películas, principalmente extranjeras, que rentaba en
Ciudad de México, a la Compañía Anondo. En 1917, al lado de la que llegaría a
ser su esposa, Medea de Novara, incursiona por primera vez en el cine, actuando
un papel en la cinta “En la Hacienda”; la experiencia le resulta trascendente
en su camino, pues se enamora del celuloide y toma el cine como una forma de
vida para el resto de sus días. De 1920 a 1931, realiza una importante labor en
el cine, que aún era cine mudo, como director, productor, actor y guionista.
Cintas como “El Zarco”, “El Sueño del Caporal”, “De Raza Azteca”, “El Hombre
sin Patria”, “Oro, Sangre y Sol”, “Hipnotismo” y “Zitari”, dan clara cuenta de
ello. Realiza algunas producciones connacionales, como “El Relicario”, en
coproducción con USA; “Ejército Cubano”, con cineastas cubanos; “El León de
Sierra Morena”, en coordinación con España y Francia.

Se casa con Medea de
Novara, cuyo verdadero nombre era Hermine Kindle Futcher, nacida en el
principado europeo de Liechtenstein, con quien realiza importantes filmaciones,
usándola en importantes protagónicos de sus películas, el más importante de
todos, en el papel de la Emperatriz Carlota, en la película “La Emperatriz
Loca”, en 1939, en una coproducción con Estados Unidos. Ya en la etapa del cine
sonoro, empieza a dirigir y producir en 1929, con “El Águila y el Nopal”. Su
producción cinematográfica se va destacando en el campo del cine basado en
hechos históricos importantes, así filma: “Revolución” (La Sombra de Pancho
Villa) en 1932; “Juárez y Maximiliano” (La Caída del Imperio), en 1933; “Viva
México” (El Grito de Dolores), en 1934; “The Madd Empress” (La Emperatriz
Loca), coproducción con USA, en 1939; “Simón Bolívar” (El Libertador de
América), en 1941; “Caballería del Imperio”, en 1942; y “Pancho Villa vuelve”,
en 1949. En pleno auge de la Época de Oro, aporta importantes filmes como: “La
Noche del Pecado”, “Tribu”, “No te Engañes Corazón”, “Hasta que Llovió en
Sayula” conocida como “Suerte de té Dios”. Una cinta bajo su dirección marca un
momento muy importante para el cine nacional, “Bamba”, filmada en 1948, pues
marca la aparición en el cine de Silvia Pinal, quien hace su debut junto a
figuras como Carmen Montejo, Andrés Soler y Tito Junco.

Una película muy especial
en su carrera fue “Rancho de mis Recuerdos”, pues estuvo rodeada de
circunstancias inesperadas. La filmación había sido concertada con Jorge
Negrete como protagonista, un compromiso inesperado e ineludible del gran
Charro de México, le impide cumplir con el compromiso. Se creía que el proyecto
se había caído, pero Miguel, con gran entereza, asume el papel protagónico y
saca adelante la cinta con gran calidad actoral. El reparto de la filmación era
muy destacado, pues incluía a Meche Barba, Manuel Medel, Eugenia Galindo,
Salvador Quiroz, Tito Novaro, Rafael Icardo, Carlos Villarías, Edmundo Espino y
Eduardo Arozamena. En un gesto que nunca ha sido explicado, Miguel excluyó su
propio nombre del reparto de la película. La cinta alcanzó un gran éxito y es
considerada un clásico de la Época de Oro. Otro grupo de filmes son de la mayor
importancia en la historia del cine mexicano, estos son: “La Vida Inútil de
Pito Pérez”, “Bartolo tocó la Flauta” y “El Hijo de Nadie”, filmadas en 1943 y
1944. Las tres películas fueron protagonizadas por Manuel Medel, caen en un
género tragicómico muy sensible y profundo. La actuación de Medel puso en ellas
un factor de calidad que hizo de las tres una trilogía clásica de las más
importantes de la historia del cine mexicano.

La actividad de Miguel
Contreras en el cine mexicano se prolongó más allá de la Época de Oro, pues
sigue filmando de 1950 a 1964. A este período pertenecen: “Amor a la Vida”,
“Linda Mujer” (Yo soy mexicano de acá de este lado), “Sangre en el Ruedo”,
“Tehuantepec”, “El Último Rebelde”, “Pueblo en Armas”, “Viva la Soldadera” y
“El Hermano Pedro” (El Padre Juan), cinta para la cual compuso inclusive la
música, y que fue una coproducción con Guatemala. Este filme fue la última
película de su fértil vida como cineasta, productor y actor. Fallece en la
Ciudad de México el 5 de junio de 1981, a los ochenta y dos años de edad. En el
año 2000, sus restos fueron trasladados a su natal Michoacán.

Su filmografía está
compuesta por catorce películas para el cine mudo y treinta y siete en el cine
sonoro, lo cual es una amplísima producción muy difícil de igualar. Muy pocos
cineastas tienen un record como el suyo. Entre sus obras de la Época de Oro, se
cuentan algunas que son verdaderas joyas del cine nacional. A pesar de todos
estos méritos, su nombre no siempre figura en las historias escritas sobre el
cine nacional, lo cual resulta injusto, pues es un prolífico director,
productor y guionista. Lamentablemente, Miguel Contreras Torres, es un gran
cineasta poco recordado.- Mérida, Yuc., Noviembre
de 2020.

Ariel Aviles Marin
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