Los días que cuentan suelen apellidarse una cena frente al mar en un plan romántico .. y un día visitando los rincones mágicos de la sin par Ribeira Sacra. Los días que cuentan son cielo andaluz en abril, un ramo de margaritas de esas de me quiere o no me quiere .. el fin de una lectura deliciosa, una copa de vino con alma. Los días que cuentan saben a azahar ya avellana, huelen a brisa de primavera, son flamencos y con volantes rojos, son la promesa de un viaje a Turquía, un beso escondido, un trozo de chocolate negro. Los días que cuentan son un limón que se mece en la tarde, el retorno de Talavante, once noches sin final, tres locuras… una oposición aprobada, un trabajo conseguido, la Primera Comunión, un sí anhelado.
Los días que cuentan no siempre son iguales y saben que lo diferente también es, y también suma. Los días que cuentan a veces cambian un enamoramiento adolescente por una serena tarde de sonrisas sin palabras. Los días que cuentan también llevan el sabor de la esperanza y de la Esperanza y de la oración. Los días que cuentan son la música del silencio, el más especial de los caminos del Camino de Santiago, un apretón de dedos, el cantar de una risa franca, una incógnita, muchas preguntas, un misterio, muchos deseos, muchos rezos. Los días que cuentan en ocasiones cuentan leyendas que viven héroes de nuestros días que se llaman, por ejemplo, Luis…
Los días que cuentan tienen muchas formas y muchos colores… y lo que importa es que todos importan.
Dedicado a Luis Carrasco Bordas por su mayoría de edad, con todo mi cariño
A su familia
A Natalia, feliz día de santo
A mi mago Talavante, feliz con tu reaparición
A Albriux
A Sevilla y mis sevillanos
A los días que importan ya la gente con alma y sensibilidad
