Por: Cristina Padín.
M era la bohemia culta, la clase elegante, la copa de vino tinto una tarde soleada del melancólico noviembre, tal vez personaje de cierta relevancia en una novela como Circe, un fragmento de Cinema Paradiso, el amor reposado, un café con anís.
V era abril, un volante, un paseo a caballo, aplaudir a Manzanares en Sevilla, el rojo de un vestido y de una barra de labios, un mordisco a un melocotón, una canción de Nani Cortés, la quinta muchacha de Mujercitas, era victoria.
C era la sensualidad. Lo que es sugerente. Un paseo en diciembre por una ciudad vestida de Navidad. Chocolate negro con frambuesa. La cultura con mayúscula. Un verso aún no descubierto en un poema de Machado. Así, y así siempre.
P era una caricia en marzo. Un desayuno tranquilo. Un beso meditado. Un concierto en Berlín. El hermano del protagonista en una novela de aventuras. Una mirada que no asusta. Un paso en el camino. Un caminante, sin más, y sin menos…
Y, en breve, uno de ellos no estaría.. Cuál?
Enredando con los personajes de mi novela
del Camino
Dedicado a todos los que me decís que os gusta
A M, C, V y P
A mi Luis
Al Camino de Santiago
A los libros