Por: Cristina Padín.
Cuando era tan joven como Lourdes lo que más le gustaba hacer en el campo era montar a caballo. Era joven en la actualidad, como Silvia, aunque menos que la adolescente Lourdes. Y, como a Silvia, le hubiera tal vez gustado diseñar hermosos bolsos y bellos vestidos. O quizá no.. igual hubiera optado por ser bailaora o médica o por trabajar en un jardín.
No podía hacer ninguna de aquellas cosas porque aquella muchacha sufría un dolor atroz. Padecía una grave enfermedad..
No se quejaba (de hecho detestaba que alguna gente siempre estuviera enojada), rezaba mucho a la Virgen. Confiaba en un remedio, una medicina, algo. Leía. Cuando podía paseaba. Siempre agradecía a Dios la nueva mañana, el bello atardecer. Adoraba el toreo, le gustaba saber de muletas y de faenas. Escuchaba música. Procuraba ser siempre la alegría de su hogar..
Aquella tarde su vecina Lourdes festejaba santo, su vecina Silvia cumpleaños. Y la habían invitado a una misa especial que ofrecía el sacerdote aquel 11 de febrero..
Un día especial en el que he querido contar varias cosas
A cada persona en lucha contra una enfermedad, un abrazo y mi oración
A mi hermana Silvia. El mejor regalo de la vida son los hermanos
A Lourdes, feliz día y besos
A mi querido Luis
Al cura de Brión, gracias por tanto
Al toreo
A las personas alegres y de buen talante