Editorial La Revista Peninsular
A lo largo de la vida sostenemos distintos tipos de
relaciones con las personas que nos rodean. Estas relaciones pueden ser
laborales, familiares o de simple carácter social como las vecinales. Entre la
variedad de relaciones que existen, sin duda destacan las de amistad por cuanto
ellas implican afecto y cuidado mutuo sin que exista un vínculo de sangre de
por medio.
Este último tipo de relación, de amistad, es la que
tuve el privilegio de compartir con el Ing. Herbé Rodríguez Abraham.
El cariño y admiración que le tengo a don Herbé no
nace de su vasta carrera política, sino de la generosidad, amor y atención que
me tuvo a mi y a mi familia mientras estuvo en vida. Esto no quiere decir que
su participación en el servicio público haya sido marginal; de hecho, es todo
lo contrario pues el Ing. Rodríguez Abraham logró desempeñarse como alcalde de
Mérida, diputado federal, presidente estatal del PRI, titular del ISSTEY y
director de la JAPAY, entre muchos otros cargos significativos.
El profesionalismo político de don Herbé, así como su
compromiso inamovible con la promoción de la cultura, el deporte y la ciencia,
le permitieron dejar una huella indeleble en la historia de Mérida. Igualmente,
su calidad humana, inteligencia y amor marcaron el corazón de quienes tuvimos
el honor de compartir tiempo con él.
El ingeniero Herbé Rodríguez Abraham pasó a mejor vida
este domingo en Mérida a los 86 años de edad. Le sobreviven sus hijos Herbé y
Sahara Rodríguez Sahuí, quienes reciben las condolencias por su partida.
Te mando un abrazo hasta el cielo. Hoy toca, con el
corazón en la mano y tu memoria en la cabeza, continuar el ejemplo que nos
diste de cómo ser un gran profesional y un mejor ser humano.
