Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.
Se acabaron las vacaciones de Semana Santa. Este lunes miles de estudiantes regresarán de manera gradual a las aulas para continuar con sus actividades correspondientes al ciclo escolar.
Mucho calor ha sido el denominador en este lapso, tiempo para muchos de reflexión y para otros de diversión y algunos más para ambas opciones.
Asimismo miles de visitantes retornan a sus lugares de origen, y otros cautivados por la cultura y la riqueza natural del estado ya decidieron quedarse y buscar aquí nuevas oportunidades de vida.
También en los aspectos político y gubernamental durante Semana Santa se registró un paréntesis, para estar más cerca de la familia y también para analizar potenciales aspiraciones y expectativas y de igual forma capitalizar estos días tender vínculos y futuras alianzas.
Un ejemplo es Renán Barrera, alcalde de Mérida y fuerte aspirante a la gubernatura. Además de estar con su familia se dio tiempo para visitar comunidades del interior de la entidad, destacando su paso por el puerto de Progreso donde lució una imagen acompañado por el alcalde Julián Zacarías
Grafica que envía una señal de unión entre ambos políticos y por otra parte, Liborio Vidal Alcocer, actual Secretario Estatal de Educación, es un político con amplia experiencia y en las últimas dos semanas aprovechó el tiempo para intensificar sus actividades y el manejo de su imagen en plataformas sociales.
Luego entonces hablamos de un tridente de pesos completos: Renán, Julián y Liborio, este último, en comunicación con diversos partidos políticos en los que ya militó y cultivó aliados y amigos que podrían ser decisorios.
Mientras tanto en el PRI y PRD estatales siguen deshojando la margarita, sin pena ni gloria, solo el senador y prócer Jorge Carlos Ramírez Marin parece navegar por cuenta propia no obstante la disminución de sus seguidores en plataformas sociales, aún y con sus cotidianas cápsulas sobre diversos temas, incluyendo las abejas meliponas.
Morena, partido político en el poder, con su máximo líder, el presidente López Obrador, busca en Yucatan a su contendiente para el proceso electoral del 24 consciente de que “los más experimentados”, todas y todos, tenían o mejor dicho continúan teniendo fuertes ligas e intereses con partidos políticos que no lucen para nada el color preferido del presidente.
Joaquin Díaz Mena, Verónica Camino , Raúl Paz y otros muchos más tienen un pasado inolvidable con partidos como el tricolor y el blanquiazul. Hay también un funcionario del INFONAVIT, Rogerio Castro, que busca afanosamente mayor presencia e imagen en el ámbito local contratando incluso a figuras del ámbito académico y también con un pasado en puestos gubernamentales.
La temperatura política en Yucatan aumentará significativamente después de las elecciones en el Estado de México y Coahuila. Procesos que de alguna manera darán el banderazo no tan solo para las elecciones locales sino para las nacionales ya con las corcholatas con la luz verde para que el “pueblo bueno y sabio” decida quién será el candidato para continuar el proyecto transformador.
Por la hoy oposición, la senadora Lilly Téllez insiste en tener la capacidad para derrotar a Morena que, dicho sea de paso, el número de corcholatas ya se redujo a solo dos: Claudia y/o Marcelo. La primera clon de López Obrador, y el segundo la esperanza de que retorne “un poco el equilibrio democrático” fisurado por el mandatario tabasqueño.
Ya sé. Ustedes se preguntarán ¿y el gobernador de Yucatán?. Para mi Mauricio Vila Dosal se las jugará —porque no hay otra— y en serio, solo espera la señal que le indique desplegar velas y navegar con rumbo fijo hacia el zócalo. No pierde nada. Su labor como gobernante ya está muy definida.
De que ya lo están criticando, es natural, pero la mente de este político con mente empresarial está fija en su objetivo. No quita ni quitará el dedo del renglón. Estoy seguro. ¿Otro presidente del Sureste? No sé, piénsenlo.
Hasta la próxima, mientras tanto: de vuelta a la realidad.
