La Revista

Los principales responsables del problema migratorio mundial, son los gobiernos de países expulsores; por lo regular, fallidos

Facetas de México

Por: Pascacio Taboada Cortina y Jorge Martínez Cedillo

 

  • En el caso de Ciudad Juárez, México, el director del
    Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, sigue impune a pesar de la
    muerte de 40 migrantes
  • Miles de ellos caen en manos de traficantes migratorios
    quienes, lo primero que hacen, es vaciar sus bolsillos

A través de los diferentes medios de comunicación –radio,
televisión, impresos y por Internet—nos enteramos diariamente de que millones
de migrantes cruzan las fronteras de países vecinos o alejados, sin saber lo
que les espera, que puede ser el alto riesgo de perder la vida en el intento.

No saben si el barco o “lanchones” que los transportan se
hundirán en el mar; si los camiones “tráileres”, que los transportan chocarán
en las vías terrestres, o si morirán por asfixia por lo improvisado de esas
unidades. Viajan con todos los riesgos.

Cuando logran llegar a las fronteras, ocurren otros casos
que parecen imposibles que sucedan: por ejemplo, que estando “seguros,
encerrados en un refugio del Instituto Nacional de Migración”, a algún “maloso”
se le ocurra prender fuego al dormitorio y mueran cuarenta migrantes.

Este caso es inaudito, pero pasó en Ciudad Juárez, frontera
entre México y Estados Unidos, sin que se haya aplicado justicia a los
culpables y custodios del “resguardo”. Por lo pronto, el director de ese
instituto, Francisco Garduño, “no ha dado la cara por ese incidente”. Sólo se
supo que quien controlaba las llaves, no estaba en el lugar de los hechos.

Ahora bien, desde el momento en que miles o millones de
migrantes deciden salir de sus países, los gobiernos de esas naciones se
desentienden de la suerte que corran en los trayectos por recorrer ni les
interesan los medios de transporte que utilizan. Entonces, caen en manos de
traficantes migratorios quienes, lo primero que hacen, es vaciar los bolsillos
de gente empobrecida.

Cuando se trata del tema de la migración, en muy pocas
ocasiones se analiza la verdadera razón del fenómeno que causa tanta
injusticia, sufrimiento de familias que se desplazan miles de kilómetros
principalmente por mar y tierra, en busca de un empleo o de una vida digna para
hombres, mujeres y niños.

 Consideramos que esa
responsabilidad recae, en primera instancia, en los gobiernos de todos los
países expulsores, incluido México. Esa forma de gobernar podría considerarse
fallida, por no crear las condiciones de empleo, capacitación, disposición de
inversiones fiscales que impulsen el desarrollo social y económico para una
población que crece y aumentan sus necesidades.

Ese tipo de gobiernos que no dan respuesta a sus gobernados,
invariablemente callan para “ver qué pasos dan los gobiernos receptores” a la
hora de enfrentar el problema migratorio, para después vanagloriarse, de tiempo
en tiempo, de que “nuestros heroicos migrantes envían divisas para impulsar la
economía familiar y del país”. En no pocas ocasiones así lo pregona, sin ningún
recato, el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

La migración está íntimamente relacionada, primero, con la
pobreza de una población creciente que no encuentra respuestas favorables de
sus gobiernos, en cuanto a vivienda digna, empleo permanente, educación en
todos niveles, así como condiciones para aumentar modos de vida familiar.

El fenómeno de la migración es mundial. De acuerdo con
estimaciones del Banco Mundial, en 2020 había en el mundo 281 millones de
migrantes internacionales, cifra equivalente al 3,6 por ciento de la población
mundial.

La población migrante envía periódicamente remesas a sus
países de origen, contabilizadas en dólares americanos. En el año 2000, las
remesas alcanzaron valores aproximados de 126 mil millones de dólares, mientras
que, en 2020, el valor fue de aproximadamente 702 mil millones de dólares.

En el caso de nuestro país, información del Banco de México
indica que, durante la pandemia, en 2021 las remesas alcanzaron un valor de 40
mil millones de dólares; en 2022, de 50 mil millones y se espera que, para este
2023, estos ingresos se ubiquen en 60 mil millones de dólares.

Estos recursos que llegan desde el extranjero, parece que no
son suficientes para la conformación del presupuesto de egresos de México. Hace
semana y media el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, dio a
conocer ante la Cámara de Diputados, que el presupuesto para 2024 será
deficitario en dos billones de pesos, mientras que el Presidente López Obrador
anda buscando recursos con lupa en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último