Las autoridades israelíes aceptaron el martes la llegada de tres familias venezolanas convertidas al judaísmo, a las que se le había denegado el permiso en enero por no demostrar dedicación a la religión, debido al “peligro mortal” que enfrentan en Venezuela.
En total son nueves personas provenientes de Maracay, a 70 kilómetros de Caracas, que solicitan el “aliá”, el “ascenso” que significa poder emigrar a Israel, tras convertirse ante una corte rabínica de un movimiento conservador.
Franklin Alberto Pérez Maldonado y Sahir Quintero, junto a sus hijos Benazir y Ezra, son una de las familias que buscan emigrar. Según el portal Efecto Cocuyo, se convirtieron en 2014 en Santa Marta, Colombia, y comenzaron el proceso del “aliá” en 2016.
A principios de este año, el Ministerio de Relaciones Interiores de Israel había negado este derecho, ya que las familias no habían demostrado pertenecer a una comunidad judía, como exige el estatuto de la Ley del Retorno, el paso previo a ser reconocidos oficialmente como judíos y tener acceso a la nacionalidad israelí.
Además, se argumentó que los solicitantes parecían no estar comprometidos y estar buscando probar suerte en el país, que ostenta uno de los PBI per cápita más altos de Medio Oriente, el mayor índice de desarrollo humano de la región y una situación social y económica más estable que Venezuela.
“Estamos exigiendo un derecho que, como judíos, nos corresponde”, dijo Maldonado a Efecto Cocuyo. “En mi caso, la conversión fue más una decisión intelectual que religiosa. Lo asumo como una guía ética moral”, agregó.
Según el periódico israelí Haaretz, la comunidad internacional judía presionó para que las familias fueran aceptadas debido a que están en “peligro mortal” a causa de la desaforada violencia y a la escasez de alimentos y medicinas que afecta a Venezuela.
Los defensores de los conversos venezolanos argumentaron también que el rechazo se debe a que el ministerio israelí está controlado por judíos ultraortodoxos, que se negaron a aceptar la conversión, ya que se realizó bajo el movimiento masortí, más flexible. También remarcaron que las familias no pudieron formar parte de una comunidad judía ya que en Maracay no existe ninguna.
Un intenso y emotivo debate tuvo lugar en el Comité de Asuntos de Inmigración, Absorción y Diáspora del Knesset, el parlamento israelí, donde se llegó a un acuerdo por el cual las familias tendrán derecho al “aliá” si se someten a una segunda “conversión simbólica”.
Asimismo no accederán a la nacionalidad automática, sino que la recibirán tras nueve meses de vida en comunidad.
Se espera que las familias salgan de Venezuela en las próximas semanas.
En total se estima que en el país hay entre 6.000 y 9.000 judíos dentro de una población de 30 millones. Entre estos, 111 emigraron a Israel en 2015, según los últimos datos provistos por el Gobierno.
La situación de quienes buscan emigrar es difícil, ya que Israel y Venezuela no tienen relaciones diplomáticas desde 2009, cuando el entonces presidente Hugo Chávez expulsó al embajador israelí durante la guerra contra Hamas en Gaza.