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Carlos Capetillo Campos
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La Comunicación Social

Por Carlos Capetillo Campos
carlos_capetillo@hotmail.com / @capetillo campos

En nuestra reflexión anterior expresamos
el cambio que el país sufrió en todos los sentidos de los 70 a la fecha, pero
sobre todo en la forma de comunicarse de los funcionarios con la sociedad.
Antes de esa fecha el Presidente de la República se dejaba ver el 1 de mayo en
el desfile Obrero; 5 de mayo en el desfile con motivo de la victoria de los mexicanos
en la batalla de Puebla; el 1 de septiembre para rendir su informe anual de la
situación que guardan los asuntos nacionales; la noche del 15 de septiembre en
la ceremonia del Grito y en el desfile del 16 con motivo del inicio de la
Independencia de México; el 20 de noviembre por el desfile del triunfo de la
Revolución y el 1 de diciembre con motivo de su toma posesión y esto era cada
seis años y hasta allá.

 Pero a partir del presidente Echeverría, a la hora que
se prendía la radio se escuchaba al Presidente hablando de algún tema y si le
cambiabas de estación seguías escuchando al Presidente y lo mismo pasaba en la
televisión y hay muchas anécdotas sobre las relaciones entre gobierno y medios,
en las que el afán desbordado de los funcionarios les hizo olvidarse que si
bien son concesiones federales, la habilidad de los dueños o la eficiencia y prestigio de
los colaboradores le dieron credibilidad a esos medios y los funcionarios
pensaron que esa credibilidad se les transfería por la difusión de sus
discursos.

Y como lo que hace la mano hace la tras, todos los
funcionarios se quisieron sentir populares y captar simpatías para obtener
futuros puestos, sin darse cuenta que para los medios eran simplemente
clientes, muy importantes por las cuantiosas cantidades que se presupuestaban, pero
clientes al fin.

Y así al paso del tiempo los medios adquirieron una
importancia desmedida en la función pública, que distorsionaron el criterio y
la actividad de los funcionarios, que a la menor acción lo que importaba era la
mayor difusión y han encarecido la función pública. Lo importante ya no es
hacer sino difundir. Y se propaga muchas veces cosas que de eso no pasan.

Por ejemplo el cese de más de 2 mil maestros que no
asistieron a dar clases por andar en las protestas en contra de la Reforma
Educativa. Porque no los cesan y después lo publicitan y en general porque no
hacen las cosas y después las difunden.

La sociedad recibiría mejor la publicidad sobre
acciones realizadas que sobre promesas que después no se cumplen. Los partidos
políticos se encuentran en una situación que no pueden predecir ni los que se
dedican a ello.

Por un lado los votantes lo hacen por simpatía o
antipatía por algún candidato que ahora es más importante que el partido
político, aunque la estructura del partido mantiene la campaña y las
elecciones.

También lo hacen por un partido porque ya no soportan
al que por  tradición votaban por él y
aquí pagan justos por pecadores, ya que muchas veces son reflejos de otras
entidades lo que arrastra la votación en algún sentido.

En fin, los medios son de lo más importante para que la
sociedad se mantenga informada y orientada y por fortuna algunos se mantienen
fiel a su criterio de publicar solo lo que se puede comprobar, como éste, cuyo Director
lo único que me recomendó cuando empecé a colaborar, es solo escribir la
verdad, la que se puede comprobar.

Carlos Capetillo Campos
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