YAKARTA, Indonesia. (EFE).- Las autoridades indonesias aumentaron hoy a 557 el número de fallecidos por cuatro terremotos de magnitudes comprendidas entre los entre 6.3 y 6.9 que sacudieron la isla indonesia de Lombok entre el 29 de julio y el 19 de agosto.
Más de 390.000 personas continúan desplazadas por los sismos, seguidos por centenares de réplicas de menor potencia, que han provocado daños en 76.765 edificios.
La mayoría de las víctimas mortales (466) ocurrieron en el municipio de Lombok del Norte, el más afectado por los seísmos, indicó en las redes sociales el portavoz de la agencia de gestión de desastres indonesia (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho.
El resto de los muertos tuvieron lugar en Lombok Occidental, 40; Lombok Oriental, 31; Lombok Central, 2 y la capital provincial Mataram, 9.
Además, siete personas fallecieron en la vecina isla de Sumbawa y otros dos en la turística Bali, ubicadas al este y al oeste de Lombok respectivamente.
El más grave de los temblores fue registrado el del 5 de agosto y provocó al menos 460 fallecidos.
El portavoz señaló que en estos momentos la agencia se centra en distribuir la ayuda humanitaria para los cientos de miles de personas que continúan en campos para desplazados.
Esta mañana un avión militar llegó a la isla con 100 paquetes de asistencia para las familias, 100 sillas de ruedas y 30.000 tiendas de campaña y lonas, según Sutopo.
Las necesidades más urgentes en los campamentos son el acceso a agua limpia, tratamiento médico y material para poder resguardarse en el exterior ya que los residentes “tan solo quieren refugiarse delante de sus casas“, dijo el portavoz.
Helicópteros y motocicletas son utilizados para acceder a las zonas más remotas y escarpadas de esta isla dominada por el volcán Rinjani, en el noreste, donde los temblores provocaron avalanchas y fue cerrado a visitantes.
Los movimientos en la falla de Flores, junto a la isla de Lombok, han provocado pérdidas estimadas en cientos de millones de euros, en su mayoría en hogares y en el sector turístico.
Indonesia se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría moderados.