La Revista

Algo bonito…

Cristina Padin
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Iba ganándole a aquella maldita enfermedad, el cáncer, pero aquellas noches acusaba mucho el cansancio… Se veía la luz, pero la lucha tan dura había dejado huellas… Llevaba días sin poder dormir…

Recordò que su bisabuela, en su infancia, le rociaba las sábanas con esencia de rosa blanca… y la animaba a pensar en algo bonito antes de que llegara el sueño…

Cerrò los ojos… recordò el viaje que habían hecho cuando todavía no estaba enferma…

Evocò Madrid, su calor, su latido, el parque del Retiro, la plaza de Las Ventas, su ser. Después habían visitado Toledo y su historia, y de la Mancha los molinos, devorò El Quijote. Fueron a Galicia y pudo hacer una parte del Camino de Santiago, llorò en Finisterre, se bañò en las playas de Rías Baixas… Y desde allí no quedò lejos Asturias, le fascinò aquel verde tan puro, aquel aire…

Todavía no se dormía… era verano durante el viaje aquel, Santander le encantò y además le gustò mucho ir a los toros, una gran corrida.. y siguieron por el Norte, sus padres deseaban hacer muchas visitas, un gran recorrido. San Sebastián le resultò impresionantemente bella, qué hermosura! Y disfrutò tanto los pintxos! En Pamplona supo que le apetecía saber más de los encierros, en Zaragoza le rezò a la Pilarica y en Teruel leyò la historia de los amantes. Y en Logroño probò el vino, fantástico!

Nunca olvidaría la vida y el bullicio de las Ramblas, y los días que pasò en Cadaqués la maravillaron, qué lugar! Amò Altea, tan hippy y bohemio, y amò la paella valenciana… y en Murcia se enamorò de un muchacho y todavía se escribían cartas, a la antigua usanza. Entre Baleares y Canarias prefería la calidez de unas y el lado salvaje de otras, tan lindas las islas! Y Andalucía la enloqueciò: Sevilla, Granada, Ronda… arte y alma! Còrdoba… el cante!

Se le cerraban ya las pestañas cuando pensaba en las fotos que se tomò en las playas de Melilla, qué agradable la aventura de llegar a Ceuta… qué tristeza cuando ya el viaje tocaba a su fin! Salamanca y su color dorado se le antojaron algo único y precioso, Zamora un lujo de ciudad! Pasear por Cáceres un placer de la vida, en Badajoz visitaron ganaderías… y tocò volver a Madrid. Volar y regresar!

Le había encantado España! Qué gran país!

La bisabuela tenía razòn… pensando en algo bonito ya le llegaba el sueño… descansaría… se necesita mucha fuerza para ganar cualquier batalla…

Dedicado a mi país: España
A todos mis amigos
A mi Luisito
A cada batalla que se lucha..
Porque tenía la necesidad de escribir algo dulce…

Cristina Padin
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