Tanto AstraZeneca como Johnson & Johnson se han enfrentado a casos muy raros de trombosis de seno venoso cerebral (CVST por sus siglas en inglés) relacionados con sus vacunas.
El miércoles, Estados Unidos suspendió el uso de la vacuna de J&J mientras se investigaba el vínculo con los trombos, y Dinamarca renunció a la vacuna de AstraZeneca por este motivo.
Los organismos reguladores británicos y europeos han subrayado que los beneficios de la vacunación superan a los riesgos.
Un estudio entre 500.000 pacientes de COVID-19 descubrió que el CVST se produjo en una proporción de 39 personas por cada millón después del contagio. La cifra contrasta con las de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que indican que 5 de cada millón de personas declararon haber sufrido CVST tras recibir la vacuna de AstraZeneca.
Los investigadores señalaron en un estudio previo a la publicación que el riesgo de CVST era entre 8 y 10 veces mayor tras la infección por COVID-19 que con las vacunas disponibles para combatir la enfermedad.
“El riesgo de padecer un (CVST) después de la COVID-19 parece ser sustancial y significativamente mayor que después de recibir la vacuna de Oxford-AstraZeneca”, dijo a la prensa Maxime Taquet, del Departamento de Psiquiatría de Oxford.
El estudio se apoya en una base de datos de salud de EEUU, por lo que no ha acumulado nuevos datos sobre el riesgo de desarrollar trombos al recibir la vacuna de AstraZeneca directamente, ya que la inyección no se está distribuyendo allí.
Taquet señaló que la tasa de mortalidad por CVST era de alrededor del 20% tanto si se producía tras el contagio por COVID-19 como si se trataba de una vacuna, lo que indicaba que los trombos eran el principal factor de riesgo.
Los reguladores también habían observado niveles bajos de plaquetas en los informes sobre efectos secundarios de las vacunas, pero los investigadores dijeron que los datos eran escasos para saber si esto también ocurría en los informes sobre casos de CVST derivados de la infección.
Los investigadores destacaron que el COVID-19 está asociado a casos de trombos más frecuentes que el CVST, como los accidentes cerebrovasculares, y que en el debate reciente en torno a las vacunas se había perdido de vista lo grave que puede ser la propia enfermedad.
“La importancia de este hallazgo es que nos devuelve al hecho de que se trata de una enfermedad realmente horrible, con toda una serie de efectos que incluyen el aumento del riesgo (de CVST)”, dijo John Geddes, director del Centro de Investigación Biomédica de Salud NIHR de Oxford.
El equipo de investigación, que pertenece a la Universidad de Oxford, dijo que trabajó de forma independiente al equipo de la vacuna de Oxford que desarrolló la inyección de AstraZeneca.