“O apoyáis mi acuerdo o nos vamos de la UE sin acuerdo”, es el mensaje que Boris Johnson ha hecho llegar al Parlamento, en la víspera de la votación decisiva prevista para el sábado.
El “premier” necesita una mayoría de 320 votos, que solo sería posible contando con los 28 “espartanos” del ala dura de su partido, los 21 “rebeldes” expulsados hace tres semanas y al menos una veintena de laboristas partidarios del Brexit. Los 10 diputados del Partido Democrático Unionistas (DUP) confirmaron el viernes que no se abstendrán, sino que votarán en contra del acuerdo de Johnson por considerar que pone en peligro “la integridad económica y constitucional del Reino Unido” al crear una frontera interna en el Mar de Irlanda. John McDonnell, la mano izquierda de Jeremy Corbyn para asuntos económicos, anticipó por su parte el voto en contra de la oposición laborista por considerar que el acuerdo no protege los derechos ambientales y de los trabajadores y abre las puertas a futuras barreras comerciales con la UE.
Un grupo de 19 laboristas, firmantes de una carta a la UE mostrando su disposición a votar a favor del acuerdo, podría sin embargo romper la disciplina de partido y facilitar la aprobación del acuerdo. Las divisiones entre los laboristas y la indecisión del propio Jeremy Corbyn han dejado en el alero la posibilidad de un voto, el mismo sábado, sobre la celebración de un segundo referéndum. Miles de manifestantes acudirán sin embargo a la última manifestación proeuropea de People’s Vote, que romperá en el Parlamento a primera hora de la tarde del sábado.
Las divisiones entre las fuerzas de la oposición han saltado a la vista tras el mensaje en Twitter de la líder independentista y ministra principal de Escocia Nicola Sturgeon: “Tengo la sospecha real de que los laboristas estarían felices viendo como el acuerdo sale adelante. Se opondrán oficialmente, pero consentirán que unos pocos “rebeldes” cedan los votos necearios”. Pese a haber sufrido siete derrotas parlamentarias en tres meses, Boris Johnson se mostró “optimista” sobre la posibilidad del voto a favor de su acuerdo en Westminster. El “premier” ha emprendido en las últimas horas una ofensiva no solo para lograr votos laboristas, sino para lograr el respaldo de la mayoría de los 21 “tories” expulsados por bloquear el “no deal” y de los ruidosos miembros del European Research Group (ERG), capitaneados por Steve Baker, que frustraron el acuerdo de Theresa May en sus tres intentos.