Por: Luis E. Roche / Coach.
Cuando se habla de comunicación usualmente se entiende como la
transmisión de información de un emisor a un receptor. Se sabe que cada
receptor cuenta con ciertos filtros lo cual afectarán la manera de interpretar
el mensaje. Por esto mismo por mucho tiempo se ha hablado de la comunicación
efectiva. Le hemos dado mucha importancia al emisor para que su mensaje sea lo
más claro posible para que independientemente de los filtros del receptor el
mensaje pueda interpretarse en la forma que el emisor desea que se entienda.
Esto se ha enfatizado hoy día en la sociedad gracias a los esquemas
socioeconómicos en los cuales vivimos. La mercadotecnia y los medios de comunicación se han encargado
de aprovechar esto. Se ha encargado de que la comunicación se prácticamente de
una sola vía donde lo importante es el emisor y que el mercado entienda el
mensaje que el emisor quiere que interpretes.
Sin embargo, la comunicación es de 2 vías, donde hay un emisor y un
receptor. Tanto uno como el otro son seres humanos. Y por ser humanos entonces
son seres emocionales. El mensaje no sólo son las palabras, escritas o
habladas. Puesto que el mensaje es transferido de un emisor a un receptor, en
ambos casos, existen los componentes del lenguaje no verbal. Tanto el cuerpo
puede decir mucho por el modo de actuar al emitir el mensaje, como las
emociones con la que se transmite la información modificarán el sentido de la
información. No importa que tan claro puedas ser con las palabras, la emoción
que tengas al mandar el mensaje, le dará un sentido específico a la
interpretación que pueda tener el receptor.
Al mismo tiempo, la emoción que tenga el receptor en el momento que le
llegue el mansaje dependerá en un alto grado de la interpretación que le pueda
dar a dicho mensaje. Es por esto que para tener una buena comunicación debemos
de crear una comunicación afectiva. Entender la emoción tanto del emisor como
el del receptor ayudará a que el mensaje pueda ser enviado de tal manera que
pueda ser lo más claro posible para tener una mejor comunicación.
No sólo basta con tener una comunicación efectiva, puesto que esta se
enfoca en la claridad del mensaje. También debes de tener en cuenta crear una
comunicación afectiva. Pensar en las formas (emociones) de cómo hacer llegar tu
mensaje de una maneja que la emoción este en sintonía con ambas partes. Para
lograr esto, la clave está en la empatía. La capacidad de ser empático con tu
receptor ayudará a que puedas entender mejor el mensaje. Y en caso de ser el receptor
del mansaje, también te ayudará a que puedas entender mejor a tu emisor.
Cuando no existe una sintonía o sincronización en las emociones los
mensajes se desvirtúan y esto puede provocar tensión en la comunicación. Crear
una comunicación afectiva es cuidar las emociones cuando se estable la
comunicación, y el reto está en poder modificar la emoción a una que pueda
ayudar a trasladar el mensaje de la mejor manera. No cualquier momento es el
mejor momento para establecer la comunicación. Asegúrate que tu emoción es la
correcta, la que te pueda dar mejores resultados. Independientemente que sea
emisor o receptor, trata de estar en la emoción correcta y si es necesario,
pospón la comunicación para otro momento donde ambas partes puedan lograr una
comunicación tanto efectiva como afectiva.
Tú tienes el poder de controlar tu vida… ¡Úsalo!