El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha concluido la investigación sobre la muerte de Eric Garner sin presentar cargos contra Daniel Pantaleo y los otros agentes de policía que participaron en su arresto hace cinco años. La detención del afroamericano acabó con su vida. Su grito desesperado, alertando de que no podía respirar, desencadenó una oleada de protestas contra la brutalidad policial en Estados Unidos
La hija de Eric Garner ha mostrado su indignación por la decisión de que no procesar a Daniel Pantaleo. “Lo mataron en la calle y el policía que lo mató sigue en el cuerpo”, ha lamentado en la puerta de la Fiscalía federal en Brooklyn, “cinco años después no quiero entrar en una sala para que me den las condolencias. Lo que quiero es que se haga justicia con mi padre”.
“Es una vergüenza, un insulto”, ha criticado Gwen Carr, la madre de Garner, “estuve en silencio durante cinco años, pero se acabó”. El reverendo Al Sharpton, que lleva décadas en primera línea del activismo político en EE UU, ha comentado, por su parte, que esta decisión demuestra que “los derechos civiles no están protegidos” pese a las evidencias. Los abogados de la familia han acusado al Ministerio Público de “prolongar la angustia innecesariamente”.
Este miércoles se cumplía el plazo legal para que se adoptara una decisión. Un gran jurado en Staten Island había declinado presentar cargos contra Pantaleo cuatro meses después de la letal detención, en 2014. La investigación federal se inició con Eric Holder como fiscal general, cuando el demócrata Barack Obama era presidente. En una época de gran tensión racial, prometió que la investigación sería “independiente, minuciosa, justa y expedita”. La familia, sin embargo, denunció que las pesquisas estaban tardando demasiado. “Dejaron pasar el tiempo como cobardes”, han protestado activistas de Black Lives Matter.
El expediente pasó por tres fiscales diferentes bajo dos presidentes. Pantoleo, entretanto, sigue trabajando para la policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés) a espera de que se conozca el resultado de un proceso disciplinario, que se dejó durante años en suspenso esperando la decisión de este martes del Departamento de Justicia. El agente negó en el juicio interno de la NYPD haber utilizado una técnica prohibida para reducir a Garner.
Garner gritó hasta 11 veces “no puedo respirar” antes de morir. La autopsia determinó que falleció por asfixia. La compresión del cuello, explicó el médico forense, provocó una “sucesión letal de eventos”. La víctima sufría problemas de salud por su exceso de peso. En el momento de la muerte, tenía asma, diabetes y su corazón duplicaba en tamaño al de una persona sana. El FBI también dio a entender que el caso no se sostendría en un juicio.
La familia de Eric Garner aceptó una compensación de 5,9 millones de dólares, pero dijo que el dinero no era suficiente para que se hiciera justicia. Black Lives Matter ha anunciado protestas en Nueva York y Washington si no se presentaban cargos.
La decisión es similar a la investigación por la muerte de Michael Brown, un adolescente negro que falleció por disparos de la policía en Ferguson (Misuri) hace cuatro años. Un gran jurado decidió no imputar al agente Darren Wilson, que le mató.