Las naciones del G20 anunciaron el miércoles que extenderían una iniciativa de suspensión de la deuda para los países más pobres del mundo por seis meses más, hasta junio de 2021, y expresaron decepción ante la ausencia de acreedores privados en la suspensión.
“Los ministros de finanzas del G20 y los gobernadores de los bancos centrales acordaron extender la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G20 por 6 meses adicionales para apoyar a los países más vulnerables en su lucha contra la pandemia de COVID-19”, anunció el grupo en Twitter.
La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI), aprobada por el G20 el pasado abril, supone la provisión de un estimado de 14.000 millones de dólares de liquidez inmediata por parte de acreedores bilaterales.
Además, el G20 trabaja con bancos de desarrollo multilateral, que planean comprometer 75.000 millones de dólares para los países que pueden acogerse al DSSI entre abril y diciembre de este año, de un total de 230.000 millones comprometidos para países de bajos recursos.
La reunión, que suele celebrarse anualmente en Washington pero este año, por las circunstancias del coronavirus, se realizó de manera virtual fue copresidida por el ministro de Finanzas del reino saudí, Mohamed al Yadaan, así como el gobernador del Banco Central de Arabia Saudita, Ahmed Al Kholifey.
Asimismo, los líderes de Finanzas del Grupo de las 20 destacaron la necesidad urgente de controlar la propagación de la pandemia de coronavirus y prometieron “hacer lo que sea necesario” para respaldar a la economía global y la estabilidad financiera.
En un extenso comunicado, los ministros de Finanzas y jefes de bancos centrales del G-20 también afirmaron que seguirían abordando el impacto desproporcionado que la crisis ha tenido en mujeres, jóvenes y otros grupos vulnerables de la sociedad.