Capitán América: Civil War
Por Sergio López Aguirre
Tras ver Capitán América: Civil War sabemos por qué Disney confió en Joe y Anthony Russo para dirigir Avengers Infinity War 1 & 2, la tercera película del Capitán Steve Rogers tiene todos los elementos que caracterizan a un sólido blockbuster de verano.
No existirá nunca una adaptación fiel a la obra original, ni siquiera cuando el creador de la historia participa en ambas (desde un Frank Miller con Sin City: A Dame to Kill For hasta una Gillian Flynn con Perdida), por lo que de entrada no se puede juzgar Civil War por no ser una obra fiel al papel, eso no.
Sin embargo, los Russo lograron conjuntar a la perfección todos los elementos que habíamos visto en la Fase 2 de Marvel, desde Iron Man 3 pasando por Avengers: La era de Ultrón hasta, obviamente Capitán América: El soldado de invierno, y no sólo eso, sino que ayudan a sentar las bases de una forma magistral y sin forzar las cosas para la Fase 3.
Civil War podría ser la historia de dos bandos, unos que apoyan al gobierno (Team Iron Man) y aquellos que desean ser libres (Team Cap), pero incluso va más allá, tomando psicologías y estatus similares para cada grupo. Por un lado tenemos a los “ricos”: un multimillonario entrepreneur, el rey de Wakanda, un cuasi-dios con una inteligencia suprema poseedor de una gema del infinito, una espía y un piloto de la fuerza aérea; mientras que del otro lado tenemos a un supersoldado desempleado, un piloto jubilado, una bruja ilegal, un exasesino buscado por la ley, un agente retirado y un ladrón que ha estado varias veces en la cárcel.
Es así que la película va acomodando las fichas para el emocionante momento –más no el único- en el que vemos esta pelea entre superhéroes donde cada uno es tan letal como el otro, aprovechan al máximo sus capacidades y, sí, hay humor, pero es un humor que proviene de los mismos directores de los mejores capítulos de Community, la serie que todos los fans del cine y la cultura pop deberían de ver. (Así mismo, como en El soldado de invierno, contamos con un cameo de uno de sus actores). Aunque es en este momento, el previo a la lucha donde se percibe, sólo por un par de tomas, el exceso de pantalla verde en Iron Man.
La acción está a la orden desde sus primeros minutos, pero decir que “desde el minuto cero nunca se detiene” también sería entrar en un cliché tan desgastado como el traje del Capitán, no todo tiene que ser acción, los Russo van construyendo la historia de forma meticulosa, con un ritmo con el que trabajaron en El soldado de invierno, este mundo de espionaje pero ahora centrado en alianzas y fuerzas políticas, pero la gracia de los hermanos directores es que esto nunca conlleva a eternas escenas de diálogos infumables en congresos por la paz, porque cuando parece que eso va a suceder, siempre hay una sorpresa.
El 3D por momentos es imperceptible aunque hay secuencias donde es muy aprovechado, especialmente con Ant-Man, quien en lo personal se lleva uno de los mejores momentos no sólo de la cinta sino del Marvel Cinematic Universe. De todas formas, cada avenger que aparece en Civil War tiene el peso y la importancia necesaria en la trama, sin mencionar la presentación de Black Panther cuya participación está total y absolutmante ligada a su cinta en solitario, pero nunca con presencia gratuita en la trama. Esto sin mencionar que deben esperar por las dos secuencias post-créditos que valen la pena.
Naturalmente está otra de las estrellas de la película y un parteaguas también en la historia de “derechos legales sobre un personaje” donde Sony y Marvel/Disney presentan lo que será el tercer Hombre Araña en la historia del cine en menos de 15 años, logrando un Peter Parker mucho más creíble como estudiante de preparatoria. Tom Holland se desenvuelve fácilmente, como si ya lo hubiera hecho por años, sin embargo también es muy pronto para decir que es “el mejor Spider-Man que ha habido”… hay que esperar a su película.
La música de Henry Jackman sigue estando a la altura de las circunstancias, con los temas de los personajes Winter Soldier y Capitán América gozando ya de un protagonismo, mientras que las secuencias de acción las combina también con el drama que implica ver a los héroes golpeándose los unos a los otros, porque al final Jackman no olvida que la pelea es ahora más personal y por lo tanto es más dramático golpear a quien es tu amigo.
Y es que esa es una de las virtudes de Capitán América: Civil War, la humanidad con la que desarrolla, sin caer en sentimentalismos, la problemática que traen Steve Rogers, Bucky y Tony Stark es más profunda de lo que parece y es de recalcar que sirvió a la perfección para darle a los protagonistas motivos de sobra para pelearse como se pelean, porque mientras Stark es fiel a un ideal político y de conducta, Rogers siempre peleará por lo que él cree que es lo correcto.
Civil War se convierte así en la mejor película del Marvel Cinematic Universe sólo a la par de The Avengers de 2012, donde es un espectáculo visual ver a los superhéroes reunidos, pero la cinta de los Russo viene con un mensaje donde las consecuencias de las películas pasadas ya repercuten en este universo, algo sin lugar a dudas que se agradece puesto que los otros directores simplemente parecían no tomar en cuenta, creyendo que sólo una simple mención de Natalie Portman en Thor: Un mundo oscuro “esto es por Nueva York” ya era suficiente. Aquí incluso las ausencias de otros personajes son mencionadas naturalmente sin sentirse forzadas.
Para algunos podrá parecer que tiene un inicio pausado, que ya quieren ver a Spider-Man, pero hasta la construcción tipográfica de los títulos de las diferentes ciudades en las que se desarrolla la historia está cuidada, a ese detalle nos llevan los Russo. Civil War no podría ser mejor alegoría que el de una montaña rusa, porque para llegar a la primer gran bajada debemos de subir, y esa es la parte donde debemos contemplar el paisaje, debemos contemplar las piezas que se van acomodando para uno de los más emocionantes viajes de Marvel Studios.